martes, 11 de agosto de 2015

Ciro Gómez Leyva - ¿Quién le pone el cascabel a Duarte?

Aquí estamos de nuevo, escuchando al malo de la película. Javier Duarte, gobernador de Veracruz, ya fue hecho pedazos por una parte de la sociedad civil y política que, sin más, determinó que tuvo que ver en la ejecución del fotógrafo veracruzano Rubén Espinosa. Cuélguesele el letrero de asesino de periodistas.

No surge todavía un dato sólido para relacionarlo con el multihomicidio de la Narvarte. Pero, por ejemplo, autoridades de la Procuraduría de Justicia del DF llegarán hoy a Xalapa para tomarle declaración. ¿Por qué? Por las versiones de que habría amenazado a Rubén y a otra víctima, la activista chiapaneca Nadia Vera.








Raymundo Riva Palacio - Cómo llegó Basáñez (y II)

El mensaje para Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para asuntos de América Latina y el Caribe, fue que el presidente Enrique Peña Nieto consideraba de la más alta prioridad la relación con Estados Unidos, por lo que quería enviar como embajador a una persona de toda su confianza, que vive hace tiempo en Estados Unidos, por lo que conoce perfectamente al país y el estado de las relaciones bilaterales. Además, era uno de los directores de la Escuela Fletcher, en la Universidad Tufts, donde Jacobson obtuvo una maestría en Derecho y Diplomacia.

Basáñez, como le dijeron a Jacobson, sí es una persona de todas las confianzas de Peña Nieto, con quien tiene una relación de hace más de 30 años, que se inició no por el trabajo que como procurador del Estado de México en el gobierno del tío del presidente, Alfredo del Mazo González, sino porque su hija Tatiana, de quien fue compañera en la secundaria del Colegio Argos en Metepec, a principios de los 80s, lo involucró en la venta del periódico escolar que producía. La relación se alimentaba a través de sus madres, que los llevaban y recogían en la escuela.








Sergio Sarmiento - Ciudad de música

“Las colinas están vivas con el sonido de la música.”

Oscar Hammerstein II

Salzburgo. Austria.- Algo especial debe tener una ciudad cuyo aeropuerto lleva el nombre de Mozart. Pero no es sólo el aeropuerto. Cada recoveco de esta pequeña ciudad austriaca parece tener un toque musical. Hay, por ejemplo, una plaza llamada Herbert von Karajan, en honor de quien fue director de la Filarmónica de Berlín. Pero el nombre de Mozart, el más famoso de los hijos de Salzburgo, se repite por doquier.





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Eduardo ruiz healy - Bronco 1 - Peje 0

Anticipándose al 2018 el próximo candidato presidencial de Morena, el expriiísta y experredista Andrés El Peje López Obrador, ya empezó lo que seguramente será una andanada de críticas contra quien podría ser uno de sus rivales en las elecciones de ese año, el gobernador electo de Nuevo León, el expriísta y ahora independiente Jaime El Bronco Rodríguez Calderón.

Resulta que El Peje se enteró de algo que hizo El Bronco que puede ser muy mal visto por muchos mexicanos que estamos hartos de las relaciones de interés que existen entre políticos y empresarios. Sobre el asunto, el dos veces candidato presidencial perredista escribió lo siguiente en su página de Facebook el pasado 7 de julio: “… debo decir que Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, es más de lo mismo… ahora que se traslada en un avión privado de un contratista de Monterrey, a Colombia, queda de manifiesto que no es un hombre que entienda la política como imperativo ético”.








Horacio Quiroga - El potro salvaje

Horacio Quiroga ( 1878 - 1937 )

El potro salvaje

Era un caballo, un joven potro de corazón ardiente, que llegó del desierto a la ciudad a vivir del espectáculo de su velocidad.

Ver correr a aquel animal era en efecto un espectáculo considerable. Corrían con la crin al viento y el viento en sus dilatadas narices. Corría, se estiraba; se estiraba más aún, y el redoble de sus cascos en la tierra no se podía medir. Corría sin reglas ni medida, en cualquier dirección del desierto y a cualquier hora del día. No existían pistas para la libertad de su carrera, ni normas para el despliegue de su energía. Poseía extraordinaria velocidad y un ardiente deseo de correr. De modo que se daba todo entero en sus disparadas salvajes - y ésta era la fuerza de aquel caballo.

A ejemplo de los animales muy veloces, el potro tenía muy pocas aptitudes para el arrastre. Tiraba mal, sin coraje, ni bríos, ni gusto. Y como en el desierto apenas alcanzaba el pasto para sustentar a los caballos de pesado tiro, el veloz animal se dirigió a la ciudad para vivir de sus carreras.