jueves, 2 de agosto de 2012

Lydia Cacho - Aristegui, el error de AMLO

Todas las personas tienen derecho a tomar una postura política a favor o en contra de partidos y candidatos. Por otro lado, nadie puede negarle a alguien el derecho a descreer de la política y a considerarla como un subproducto de un sistema social desgastado, obsoleto y propenso a transmitir mentiras para alcanzar el poder. Hay quienes hacen política directamente y quienes, desde su profesión, colaboran a fortalecer la democracia sin implicarse en la política partidista.

Justamente la gente del Movimiento Progresista y de Morena, cuyo líder moral es Andrés Manuel López Obrador, argumenta la necesidad de defender una democracia en la que toda la gente sea dueña de su voz y su voto. Y también tienen exactamente el mismo derecho los millones de personas informadas que sí votaron por otro partido diferente a la coalición de izquierda. Resulta imposible respetar un derecho sin respetar el otro, porque de hacerlo no se defiende la ética pública sino la imposición de ideas y no hay nada más retrógrado que una imposición ideológica, no importa quien la impulse.
Pocos retos tan difíciles como ser periodista en tiempos electorales, particularmente en México donde ejercemos la tarea entre amenazas de muerte, presiones de propietarios de medios y de políticos de todos los partidos. Miles de personas evidencian su visión de la política a través de su relación con las y los periodistas.

Si algo le agradecemos al movimiento #YoSoy132 es justamente su capacidad para poner el dedo en la llaga: necesitamos medios libres, erradicar los monopolios, y fortalecer a periodistas libres que, sin sesgos, nos informen éticamente, y que cuando dan su opinión transparenten que esta no es una noticia sino su perspectiva personal; sólo así puede cada profesional del periodismo asumir la responsabilidad plena de sus palabras. El valor más preciado de una o un periodista, es su credibilidad.
Justamente por eso le doy toda la razón a la respetada colega Carmen Aristegui cuando se opone a que su voz sea utilizada en un spot político, claramente enfocado a ganar una batalla electoral. Más allá de que nos parezca de vital importancia que se esclarezcan los mecanismos de corrupción partidista utilizados no solo para ganar la elección presidencial, sino para que todos los partidos compraran votos en diferentes estados, y para diferentes candidatos y candidatas, no podemos confundir la política partidista y el periodismo. Claramente, Carmen Aristegui hace periodismo.

García Soto - Acteal, masacre y conspiración


Los fantasmas del pasado siempre vuelven y en el caso de Acteal, familiares de las víctimas decidieron brincar la frontera en busca de justicia. Con la demanda en contra del ex presidente Ernesto Zedillo, en una Corte de Conetticut, buscan revivir este caso que en México se detuvo en el encarcelamiento de los indígenas que asesinaron a otros 45 indígenas, pero nunca se llegó a las responsabilidades y omisiones políticas detrás de esa masacre que, según la denuncia en cuestión, pudo evitarse y fue producto de una “conspiración política”.

Aristegui denuncia al Movimiento Progresista ante el IFE

Carmen Aristegui
NTX. La periodista Carmen Aristegui Flores denunció ante el Instituto Federal Electoral (IFE) a los partidos integrantes de la coalición Movimiento Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano) por utilizar su voz sin autorización en el spot “Miles de pruebas del fraude 2012”.
En un documento presentado por su abogado Juan Carlos Cortés Rosas, la también conductora exigió la suspensión definitiva de la transmisión de dicho mensaje electrónico, a través del cual teme que su imagen resulte lastimada.
Indicó que los promocionales o spots difundidos por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano violan el Artículo 41 de la Constitución y los 38, 49 y 342 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe).
El video, que aún no se ha transmitido en radio y televisión, fue presentado por Andrés Manuel López Obrador el 26 de julio, dura dos minutos y aparece en la página de videos pautados por el IFE con tres nombres: Miles de pruebas PRD, Miles de pruebas PT y Miles de pruebas MC.
Aristegui presentó como pruebas un disco que contiene los anuncios a los que se refiere en la queja y las pautas en radio y televisión para la inclusión de los promocionales.
La voz de la periodista se escucha cuando dice: “Tarjetas Monex que hay indicios de lavado de dinero”.
Por ello, la periodista le solicitó al IFE la suspensión inmediata del spot en televisión, radio o cualquier otro medio; y que, una vez resuelta la queja, se aplique la suspensión definitiva y se impongan sanciones a los responsables.




Leído en: http://www.adnpolitico.com/2012/2012/07/31/aristegui-denuncia-al-movimiento-progresista-ante-el-ife

Rafael Loret de Mola - El triángulo Chepina/·"Refundación" del PAN

Rafael Loret de Mola
Vaya personajes, dignos de una representación dramática de altos vuelos. Por desgracia, son reales y su escenario teatral fue el de México, en donde el gobierno no sirve siquiera para perseguir y sancionar los frecuentes chantajes y extorsiones de la clase política, sólo golpea a quienes caen de su gracia o a cuantos carecen de recursos para defenderse. Por eso, de pronto, aparecen lastimosos hechos que afrentan a una familia a partir de que uno de sus miembros es aprehendido por delitos de lesa humanidad. Por ejemplo, los Gálvez y , entre ellos, la plañidera Xóchitl quien se puso en el centro de las candilejas cuando su hermana fue sometida junto a los miembros de la banda llamada “Tolmex”, casi igual a Telmex. Todo cuenta para salir en pantalla.

Pues bien, como en la larga trama del Triángulo de las Bermudas –confieso que cada vez que paso por allí recuerdo la leyenda-, en México contamos con el “Triángulo de Chepina”, llamado así en honor de la panista Josefina Vázquez Mota quien fue a llorar su derrota a Edimburgo, en Escocia, al pie del monumento a Wallace, el libertador fracasado y antepasado del marido de Isabel Miranda de Wallace, otra de las grandes decepciones de Acción Nacional que la cooptó seguro de un capital político inexistente: una cosa es el drama personal y otra el liderazgo. Parece una tontería asentarlo pero, en ocasiones, es necesario ante la deformación de los perfiles y las intenciones soterradas. Pues allá, en el norte de Inglaterra, se juntaron los recuerdos con repaso de los errores... para volver a empezar como ya sugirió, con un texto bastante aburrido, el ex panista Manuel Espino aun cuando éste no se considera fuera de su partido sino un activo dispuesto a detonar.

El hecho es que se ha confirmado, plenamente, una de las grandes patrañas de la campaña cuyo conflicto se extiende: la denuncia, formulada a la ligera, sobre un posible desvío de fondos, de 56 millones de dólares, a partir de que un sujeto, de nombre José Aquino, “sugiriera” realizar con ese capital la promoción del candidato del PRI a la Presidencia... ¡en los Estados Unidos! Como se sabe, tal sería ilegal y daría incluso lugar a la descalificación y substitución del aspirante señalado.

Pese a ello, se armó la trama –se trataba, a toda costa, de evitar que el PRI retornara a Los Pinos, lo que hubiera sido plausible de lograrse legítimamente en las urnas-, y la dirigencia de Acción Nacional --en la misma línea que sus adversarios históricos, la izquierda unida bajo el peso del icono intocable, el gran santón Andrés Manuel--, denunció el hecho, a bombo y platillos, como si hubiera encontrado la hebra que dejara fuera de combate al priísta Enrique Peña y a sus descuidados y oficiosos colaboradores de primer nivel. Una pena.

Ahora sabemos la verdad. El catalán, Antonio Solá Recquer, nacionalizado mexicano por decisión unilateral del señor Calderón, fue quien encontró en el chantajista Aquino, embaucador de primer grado, la supuesta “clave” para zancadillear al PRI y su abanderado en el tercio final de la contienda proselitista. Dijeron que los colaboradores de mayor confianza para Peña, desde su secretario Erwin Lino hasta su vocero y coordinador de prensa, Daniel López, pasando por el brazo derecho del personaje, el doctor Luis Videgaray, sencillamente habían obtenido la cifra millonaria, conseguida por Aquino, sin darle a éste lo correspondiente ni permitirle actuar en consecuencia.

El triángulo se completa con la oficiosa intervención del nefasto Julio Di Bella, viejo conocido nuestro desde que fungió como director del Canal 11 siempre con la intervención de Marta Sahagún de Fox, esto es sin el menor rasgo de autonomía ni de pluralidad, cerrado a cualquier posibilidad de ejercicio crítico y no abiertamente laudatorio, quien habría sido el gran contacto para atraer a Aquino a la campaña presidencia convirtiéndole en una especie de señuelo para “desaparecer”, como en las Bermudas, a Peña Nieto o, cuando menos, pescarlo con las manos en la masa. Sencillamente ridículo porque jamás se presentó prueba alguna. ¡De ésta manera pretendía la derecha asegurar el continuismo sin la menor habilidad jurídica! El detonante, al fin y al cabo, acabó por explotar en las manos de quienes lo encendieron. Por cierto, en esta secuela misteriosa, ¿cuánta intervención tuvo el “pequeño” mandatario listo a retirarse en diciembre venidero?

Lo dijimos siempre, de manera reiterada: Antonio Solá, cuyos honorarios nadie conoce aunque se sabe son millonarios, es un especialista en “hacer presidentes” y su misión era tratar de impedir el regreso del PRI, en primer lugar, y después, claro, la victoria hipotética de Josefina quien nunca fue prioridad a pesar de sus empeños y cualidades; más bien fue usada para dividir y tratar de menguar a los punteros de la justa. Cuando Solá se hizo cargo, los dados ya habían sido arrojados por lo que concentró afanes en derruir al priísmo buscando, como lo hizo con éxito en Coahuila, cualquier hebra infectada para cobrársela a los dirigentes del otrora partido invencible. Ganó destruyendo a Humberto Moreira con la trama del endeudamiento inexplicable; y no quiere perder todavía para no terminar el ciclo con la cola entre las patas. ¿Estará apoyando, con sus intrigas, al candidato de las izquierdas quien sigue vivo en la utopía de una invalidez de los comicios federales?

El caso de Di Bella es semejante. Con larga “cola” que le pisen –ha ganado una millonada desde sus tareas de censor bajo el dominio de Martita porque al parecer le beneficia mucho estar detrás de las faldas de las damas con poder político-, no se detuvo en fraguar la cooptación soterrada de Aquino para lanzarse a la yugular de Peña con un escándalo indecoroso, tan falso como un billete de dos pesos, pero redituable en términos mediáticos por el momento en que se produjo. ¿Cuántos mexicanos habrán pensado dos veces en este episodio antes de emitir su voto o abstenerse?

En fin, el PAN también pecó y de qué manera. No sé que es peor: la burda distribución de tarjetas de débito, los excesos en el gasto de las campañas, la evidente limpieza del dinero a través de una asociación civil jamás auditada, la ausencia de un Registro Federal de Causantes del abanderado de la izquierda o la estúpida maniobra del triángulo de Chepina. Hay para dar y prestar cuanto se quiera. Así de infectada está la política actual en un plano en el que todos, por asumir la ilegalidad como recurso, se deslegitiman a sí mismos. De vergüenza en vergüenza.

El problema de los mexicanos es la amnesia seguida de la ignorancia. Como, en muchas ocasiones, es necesario analizar los hechos libres de preferencias partidistas, se tiende a fustigar a los contrarios y defender a los propios sin el menor cuidado en los efectos que causan unos y otros. Un maniqueísmo obcecado –esto es entre el bien y el mal absolutos-, como regla social inalterable. Y en medio, una nación burlada, una y otra vez.

Me queda una pregunta por hacer: con los vicios conocidos en este proceso comicial, ¿habrá alguien que prevea en el Legislativo o el Ejecutivo, los necesarios candados para evitar la recurrencia?¿O seguirán tomándonos el pelo? Debate La refundación del PAN, tras el sexenio de la violencia cuya cabeza visible es Calderón, quien ahora aparece muy risueño seguro de haberse ganado la impunidad tras su salida de Los Pinos en diciembre –por cierto, repito lo que los conocedores de la ley saben: de cualquier manera deberá irse aun si se declaran inválidas las elecciones porque se designaría, de inmediato, un presidente interino para el reemplazo, un escenario ideal para el mandatario en funciones en tanto ganaría un tiempo precioso-, no es una quimera. Así lo sugirió Diego Fernández de Cevallos, ya recuperado pero aún mudo sobre el deber de las autoridades de esclarecer el secuestro ignominioso del que fue objeto. Y tiene razón.

También la tenía Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994 –hace ya más de dieciocho años-, cuando, en la plataforma del Monumento a la Revolución, hoy tomada por el movimiento “#Yo soy 132”, insistió en la necesidad de una reforma integral al Estado que incluía, por supuesto, una nueva estructura partidista. Luego del magnicidio, diecisiete días después, era obligado pensar en la refundación del PRI, como ya sugerían algunos de los más encomiados priístas entre ellos Fernando Gutiérrez Barrios, ya fuera de la secretaría de Gobernación.

Y lo mismo va para las izquierdas. A partir de 1989, cuando el PSUM cedió su registro al naciente PRD, el desgaste ha sido tremendo, tanto que hay quienes observan amorfo y sin destino al llamado Movimiento Progresista que también requiere de un proceso mucho más hondo. ¿Qué tal “Honestidad en Movimiento” para agrupar a dos de las principales secuelas del lópezobradorismo? Sería un primer paso, pero no debe ser el único.

Finalmente, la política está tan revuelta y enferma en nuestro país que debemos comenzar por el principio: una cirugía total del sistema para que el pluralismo no sea observado como un tumor.

La Anécdota

En 1994, al asumir la candidatura priísta a la Presidencia tras el crimen contra Colosio, el sucedáneo, Ernesto Zedillo, lanzó cuarenta y cuatro vítores a su malogrado antecesor comprometiéndose a realizar la reforma estructural propuesta. Seis años después se refugió en la inevitable alternancia para no ser perseguido. Y ahora, el gobierno de Estados Unidos le brinda impunidad diplomática para no tener que enfrentar juicio alguno por la matanza de Acteal.

En 2000, Fox designó al multipartidista Porfirio Muñoz Ledo para llevar a cabo la misma reforma. Mucho se habló y nada se ejecutó. Muñoz salió de su encargo con las manos vacías.

¿Cuándo, en fin, se actuará firme contra las lacras del establishment?

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com.mx

¿PODRÍAN ALIVIARNOS LAS CANDIDATURAS CIUDADANAS? ES UNA HIPÓTESIS QUE ACASO PARECIERA PROPIA DE INGENUOS. SIN EMBARGO, LA HISTORIA ESTÁ PLAGADA DE HECHOS EN LOS QUE LAS APARENTES CAUSAS PERDIDAS SE ALZAN CON LA VICTORIA. YA NO ESPEREMOS. - - - - - - - - - - - - - - -

Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/eltriangulochepinarefundaciondelpan-1338033-columna.html

Meyer - El calderonismo


EL TIEMPO DE LA EVALUACIÓN


Tras la elección presidencial, la administración que concluye es historia. Y aunque quien la encabeza todavía mantiene el control del aparato burocrático y puede declarar "vamos a seguir trabajando hasta el último día de mi gobierno" (Reforma, 17 de julio), en la práctica ya sólo pueden marcar el paso. Se inicia entonces el tiempo del juicio histórico; juicio que nunca concluirá, pues cada época lo volverá a hacer de nuevo.

Obviamente el "Juicio de la Historia" como tal no existe. Lo que hay son las apreciaciones de ciudadanos, historiadores y estudiosos de la época: su juicio es sobre quiénes ejercieron el poder, cómo, en beneficio de quién y con qué resultados. Estos juicios pueden o no coincidir -a la coincidencia se suele llamar "juicio de la historia"- y su naturaleza depende de los intereses, prejuicios y capacidades de quienes los formulan. Toda visión sobre lo que ya ocurrió siempre estará influida por los grandes temas del tiempo en que se hace. Nunca habrá un veredicto unánime e inmutable sobre personajes y eventos del pasado, su enjuiciamiento es permanente.




José Luis Velarde - Futbolista postrero

José Luis Velarde
1956

Futbolista postrero

De tantas muertes atestiguadas en mi vida creí encontrarme listo para afrontar mi propio deceso el día menos pensado. Dije repetidas veces que morir sería la última de mis acciones. Por supuesto que esa frase no es de mi autoría, pero de tanto repetirla comencé a sentirme menos frágil. Al poco tiempo añadí a mi repertorio: “Primero muerto que morir”. Otro dicho anónimo que me iba bien, aunque el transcurrir de los años comenzaba a incomodarme con achaques de todo tipo.

Al cumplir los cincuenta y seis mis rodillas comenzaron a crujir; parecían recordar mis años inmerso en el fútbol de potrero con la disciplina de un iluso condenado a no pisar jamás un escenario profesional. Por esas fechas abandoné la liga de veteranos sin anunciarlo a los amigos y también comenzaron a incomodarme las fotografías. Abominé de todos los que intentaron retratarme con algún artefacto digital. Las dietas eran asunto condenado al fracaso y el aislamiento se volvió casi definitivo.

Más aún cuando tomé mis ahorros y me fui a una ciudad situada en la orilla de una montaña.

La familia crece sola y olvida con mayor rapidez de lo que uno puede percibir. Yo agradezco la distancia que nos aparta y puedo dedicar mis días a mejorar mis condiciones físicas.

Espero poder enfrentar a la muerte con un albur de tintes románticos. La convenceré de ir hasta una portería del llano de Tamatán, para tirarle un penalti donde se decida mi futuro.

Espero engañarla con una finta de inmortalidad postrera.

Ojalá acuda antes de ser consumido por el evidente deterioro de mi cuerpo.

Leído en: http://brevesnotanbreves.blogspot.mx/

Cartones de hoy