martes, 26 de junio de 2012

Invitacion Viernes Musical ( Viernes 29 de Junio )

Foro Paralelo / Espacio en Blanco Productions se engalana con estreno de rola original por Galo ( Tecuixpo ).  Previo a elecciones Galo lanza un mensaje musicalizado.

ImageChef Custom Images

Pasen la voz, no falten a este evento. 

La verdad sobre el movimiento #yosoy132. Parte final.

Por Tepozteco.


Al faltar solo una semana para las elecciones presidenciales, el grupo de jóvenes (no los jóvenes) pertenecientes a este movimiento, alabado y criticado ampliamente, nos anuncian una serie de acciones que, al igual que todas las anteriores, no tendrán ninguna influencia en el resultado de la votación, pero que demuestran su capacidad para unirse en sus exigencias y seguir exhibiendo tanto su ignorancia como su soberbia, al suponer a todos los demás ciudadanos que no comparten sus ideas (la gran mayoría de los mexicanos), sin capacidad para decidir en base a sus propias convicciones y experiencia, sino que, ya externaron su dictamen: son cautivos de los poderes fáticos, por consiguiente, ellos, en su papel de salvadores de la patria, pretenden imponer una “democracia real” a todos sus compatriotas, con la finalidad de “ayudarlos” a decidir correctamente. El problema (y muy grande) será su reacción ante el inminente fracaso de  impedir el triunfo de EPN.

Pretenden realizar “cadenas humanas” alrededor de Televisa, Televisión Azteca y Teléfonos de México, para protestar en contra de esos “monopolios”, sin saber que se trata de empresas privadas que han crecido desproporcionadamente, no por su afán lícito de controlar la mayor parte del mercado, sino porque se los ha permitido el Gobierno Federal, a quien corresponde regular y reglamentar lo concerniente, de tal manera que, no se presenten esos casos, tal y como lo hace el Gobierno de nuestros vecinos

Exigen equidad y “democratización” de los medios (concepto que nos debieran de explicar con mayor amplitud, por ser muy confuso e imposible de lograr), sin darse cuenta, nuevamente, de que se trata de empresas particulares, libres de decidir el grado de difusión y prioridad de sus noticias, y de contratar, con los diferentes niveles de gobierno, la promoción que estimen conveniente.

Tratan de engañar a la sociedad, auto nombrándose un movimiento “apartidista”, sin comprender lo absurdo de utilizar esa bandera, si su objetivo es impedir el triunfo de un partido, independientemente de que, en el fondo, como es de todos conocido, sus simpatías, manifiestas o no, favorecen a un candidato.

Tienen un concepto muy particular de lo que es la democracia “real”, la cual funciona, siempre y cuando, se excluya al PRI de las posibilidades de triunfar democráticamente.

Los han convencido, entre otras cosas, de la posibilidad de un fraude en las próximas elecciones, no siendo necesario aclarar quién o quienes lo han hecho, nuevamente, aprovechando su ignorancia pero, si de algo deberíamos estar muy orgullosos (todos los mexicanos) es sobre la solución encontrada por el IFE para garantizar la legalidad y confiabilidad de la recepción, el procesamiento y el cómputo  de los votos. Diseñado con suficientes “candados” para evitar alteraciones y, en el cual, dicho organismo proporciona la infraestructura, la logística, la capacitación, los recursos materiales y documentales, etc., y pone en las manos de los ciudadanos, la responsabilidad de llevar a cabo la votación, con la supervisión de los representantes de partido y los observadores, debidamente acreditados, hasta el punto de elaboración de las actas de escrutinio, copias de las cuales, reciben los representantes. Como una nueva modalidad, a partir de esta elección, dichas actas serán digitalizadas para que, mediante un programa accesible y libre de costo,  cualquier ciudadano interesado, las pueda consultar. Sinceramente, debiéramos felicitar efusivamente lo logrado por el IFE pero, los expertos en la intriga, cuyas voces se han estado escuchando, cada vez con mayor intensidad, ya han encendido  la “mecha” para provocar la desconfianza en la legalidad del próximo proceso.

Aunque, a diferencia de  las elecciones presidenciales anteriores, a tan solo una semana de la elección, no se ha recortado sensiblemente la diferencia entre los candidatos, sino que, el puntero en las encuestas tiene una ventaja ya prácticamente inalcanzable, sobre sus dos principales rivales,  quienes también se suponen vencedores (?) y han abonado el camino de inconformidades y supuestas “compras de votos”, las cuales, en todo caso, les podrían beneficiar, en algo, precisamente a ellos pero, debido la gran diferencia existente en los posibles votos que obtendrá el primer lugar y los correspondientes al segundo y tercero, para cualquier análisis realista, no sería posible remontarla con dicho método, ni tampoco implorando a Dios, que no interviene en estos asuntos.

Con una diferencia tan holgada y en el caso de mantenerse con cifras similares, en el día de la elección, supondríamos que no habría motivo para inconformarse con los resultados, sin embargo, las insinuaciones, cada día más frecuentes de que se está gestando un fraude, aunado al fracaso del objetivo principal del movimiento yosoy132, no auguran nada bueno para el ambiente posterior al día en que se lleven a cabo. Ojalá los inconformes tengan conciencia del daño que pueden provocar a nuestro país.

Lo manifestado en estos párrafos, desde luego, corresponde solamente a mi percepción personal de la situación actual, en consecuencia, estoy consciente de que, otras personas, tendrán su propia versión de los hechos, tan válida como la mía.

Un cordial saludo a todos los foristas.

Eduardo Ruiz Healy - A mayor ventaja menor probabilidad de conflicto

Eduardo Ruiz-Healy
Si las cosas salen bien, exactamente dentro de una semana, el lunes 2 de julio, los mexicanos sabremos quién será el sucesor de Felipe Calderón en la Presidencia de la República. Y digo que si las cosas salen bien, porque sólo saldrán bien si el ganador de la elección del domingo entrante supera por un margen adecuado a quien quede en segundo lugar.

Hace seis años, la mínima ventaja de votos que le dio a Calderón el triunfo sobre Andrés Manuel López Obrador fue utilizado por éste como el pretexto para desconocer los resultados de la elección, iniciar un conflicto poselectoral y bloquear durante varios meses el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México. Lo que ahora califica AMLO como una decisión que tomó en favor “de la paz y la democracia”, el cierre de la principal avenida del Distrito Federal provocó, según varios analistas, el desempleo de más de 3 mil personas y pérdidas económicas por aproximadamente 7 mil millones de pesos.

El economista Luis de la Calle escribió hace unas semanas lo siguiente sobre el tema: “Aunque es difícil estimarlos con precisión, los costos económicos del conflicto poselectoral de 2006 no fueron menores: La paralización de una buena parte de la Ciudad de México elevó el ya alto costo de transporte para millones de ciudadanos; miles de comercios experimentaron caídas en sus ventas y compras; una importante caída en la confianza del consumidor; cientos de decisiones de inversión fueron pospuestas hasta que se resolviera la incertidumbre y el gobierno de Felipe Calderón optó por buscar reformas posibles (la contrarreforma electoral y el IETU) en lugar de las deseables para transformar al País ante el temor de manifestaciones y tomas de calles. Es probable que varios de estos factores expliquen parte de la desaceleración de la economía mexicana, que empezó en 2007 y se agravó en 2008 con el estallido de la crisis en Estados Unidos”.

Sin excepción, las 188 encuestas realizadas desde el 3 de marzo de 2011 hasta el 22 de junio de este año por 12 empresas encuestadoras señalan que el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, ganará la elección del próximo domingo. Las tres últimas en darse a conocer, realizadas entre el 12 y el 22 de junio por Milenio-GEA ISA, Consulta Mitofsky y Grupo Reforma, corroboran la ventaja de Peña Nieto. Según la encuesta que se mire, en lo que a las preferencias brutas se refiere, su ventaja va de los 9.2 a los 15.3 puntos porcentuales. En los que a las preferencias efectivas atañe, la ventaja va de los 12.0 a los 18.1 puntos.

Reitero lo que he escrito y dicho muchas veces: el mexiquense solamente podría perder la elección si de hoy al 1 de julio ocurriera una catástrofe publirrelacionista que lo hundiera ante los votantes, una catástrofe de tal magnitud que perdiera entre 9.2 y 18.0 puntos de ventaja y estos millones de votantes que pensaban votar por él cambiaran su decisión y optaran por López Obrador o Josefina Vázquez Mota. En caso de que esa catástrofe se diera, tanto la panista como el populista tendrían similares probabilidades de triunfar, la balanza inclinándose ligeramente a favor del tabasqueño. De acuerdo a las tres encuestas antes mencionadas, la ventaja de AMLO sobre JVM, en preferencias brutas, va de 2.7 a 5.1 puntos porcentajes. En preferencias efectivas, de 3.1 a 6.0 puntos.

Realmente no creo que ocurra una impredecible catástrofe que acabe con Peña Nieto. Por eso él ganará la Presidencia, por un margen que será de entre 6 a 10 puntos porcentuales, lo que le quitara validez y fuerza a AMLO cuando grite “¡fraude!” la misma noche del 1 de julio después de que desconozca los resultados de las encuestas de salida realizadas por diversas encuestadoras y los números que arrojen el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y el Conteo Rápido elaborados por el Instituto Federal Electoral (IFE).

En el caso de que por algún milagro Vázquez Mota logre colocarse en el segundo lugar de la votación mandando al tercero a AMLO, las probabilidades de que tenga algún éxito su movimiento desestabilizador se reducirán a su mínima expresión, pero dudo el que se dé el milagro.

Por eso, mientras mayor sea la ventaja de Peña Nieto sobre López Obrador menos será la posibilidad de que éste organice un conflicto poselectoral que costará mucho más que lo que nos costó en 2006. La decisión de darle esta ventaja al mexiquense está en manos de los votantes.


Correo: eduardoruizhealy@gmail.com

Sígueme en Twitter: @ruizhealy

En Internet: www.ruizhealy.tumblr.com


Leído en: http://www.elimparcial.com/Columnas/VerColumna.aspx?NumNota=985108

Jorge Fernández Menéndez - El inoperante diseño de la seguridad

Jorge Fernández Menéndez
Equívocos tan evidentes como el ocurrido la semana pasada con la identidad del presunto hijo del Chapo Guzmán tienen dos explicaciones: una es circunstancial y deviene de las fallas de la coordinación en el propio gabinete de seguridad. Pero esas fallas, más allá de competencias y desconfianza entre las propias autoridades, tienen un origen estructural, institucional y deben ser corregidas por quien sea que llegue el próximo primero de diciembre a la Presidencia de la República.

El gabinete de seguridad funciona, desde hace años, sin una cabeza y sin una verdadera instancia de coordinación institucional. Es verdad que al frente de ese gabinete está el propio presidente de la república, pero debajo del primer mandatario nadie tiene una responsabilidad real de coordinación y cada una de las instancias de seguridad en los hechos trabaja con amplia autonomía, competencia y desconfianza hacia las otras.

El problema comenzó con una de las primeras decisiones que adoptó la presidencia de Vicente Fox y se heredó a la de Felipe Calderón. Fox no tuvo, ni él ni su equipo, el tino de comprender los profundos y muy positivos cambios que se habían dado en el terreno de las estructuras de seguridad sobre todo en los dos últimos años de la administración Zedillo: se había fortalecido la subsecretaría de seguridad pública en Gobernación, se había creado el sistema nacional de seguridad pública y la Policía Federal Preventiva. Fuera de ese esquema, pero colaborando intensamente con esas instancias estaba un Cisen que operaba con funcionarios de muy alto nivel y dependía directamente del secretario de Gobernación que era el que operaba a su vez con el presidente de la república. La subsecretaría de seguridad tenía un amplísimo margen de operación e incluso una cierta autarquía financiera pero la responsabilidad política final pasaba por el secretario de Gobernación, que era el escalón previo imprescindible al presidente de la república. Obviamente la Sedena y la Marina dependían directamente del presidente pero tenían una fuerte vinculación con la secretaría de Gobernación y con la oficina del presidente, que encabezaba entonces Liébano Sáenz. El sistema funcionaba y comenzaba a ser muy eficiente: estaba suficientemente centralizado al mismo tiempo que existía un margen de autonomía que impedía que en temas tan delicados, que involucraban no sólo seguridad sino también inteligencia, se pudiera contaminar todo el sistema. Todos los funcionarios importantes de todas esas áreas eran, además profesionales en el tema, muchos con formación en el extranjero.

Cuando Fox llegó al Gobierno tomó decisiones muy desafortunadas. La primera quitar la subsecretaría de seguridad del ámbito de gobernación para crear la SSP, con lo cual le restó poder a Gobernación, y al mismo tiempo, politizó la seguridad, al darle status de secretaría de estado, una posición operativa pero, por propia definición, política, aunque tampoco le dio el control real de la seguridad. Al mismo tiempo, creo un consejo de seguridad nacional que puso bajo el mando de Adolfo Aguilar Zinser que nunca funcionó, porque el coordinador no tenía ni responsabilidad ni mando como para coordinar desde el ejército hasta el Cisen. 
Más grave aún, designó en SSP a Alejandro Gertz Manero que, por las causas que fuera, en unas semanas estaba enfrentado a los anteriores mandos de la subsecretaría y de la naciente policía federal, e inició un proceso judicial contra varios de los mandos de esa dependencia que generó una ruptura absoluta, porque esos funcionarios seguían en muchos casos en el propio Gobierno. En la PGR había llegado el general Rafael Macedo de la Concha, que entonces rescató a los mandos que estaban en pugna con la SSP y creó varias áreas para ellos, incluyendo la AFI, donde llegó Genaro García Luna, que venía de tener la dirección de inteligencia del Cisen, y que se llevó con él a muchos de los operadores del servicio, mismo que tuvo un recorte enorme en su presupuesto y dejó ser considerado una pieza clave en la obtención de inteligencia, a pesar de los esfuerzos de Eduardo Medina Mora. El Cisen, fue la única área de seguridad que quedó bajo la responsabilidad de Gobernación. Las dos secretaría militares terminaron teniendo que asumir responsabilidades cada vez mayores, pero también con mucha menor coordinación con las instancias civiles y con mayor desconfianza hacia ellas. 

No todo era inconsciente, en muchos sentidos, eso era lo que se buscaba, que nadie tuviera mucho poder en el sector porque el mismo fue dividido en torno a los principales hombres y mujeres que se disputaban a su vez el poder dentro de la propia administración Fox. Y eso iba en consonancia con un presidente que consideraba que la seguridad no era un punto prioritario, por lo menos para su propia toma de decisiones.

Ese fue el escenario que, a grandes rasgos heredó el presidente Calderón, pero tampoco logró encontrar una respuesta institucional adecuada. Mañana abordaremos el tema.


Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-inoperante-diseno-de-la-seguridad

Enrique Krauze - El verdadero triunfador

Enrique Krauze
Cada seis años desde 1934, México ha elegido a un nuevo presidente. Somos un caso único de continuidad institucional en América Latina y nuestra primera prioridad debe ser seguir siéndolo. Si lo logramos cuando el gobierno organizaba las elecciones, con mayor razón lo haremos ahora que los ciudadanos contamos los votos.

A una semana de los comicios, el candidato del PRI es quien tiene la mayor probabilidad de ganar. Si finalmente ocurre, será la decisión de las mayorías. Abundarán, por supuesto, teorías políticas, sociológicas, mercadológicas o conspiratorias que lo expliquen. Por mi parte, no celebraré el triunfo del PRI. Critiqué a ese partido en las calles del 68, lo critiqué sexenio tras sexenio en ensayos y libros, y no me ha dado ningún motivo para dejar de criticarlo ahora.

Aunque en sentido estricto la restauración del viejo sistema político es imposible (la división de poderes, la libertad de expresión, la ley y el instituto de transparencia, la integración ciudadana del IFE, la independencia del Banco de México, los organismos autónomos, la descentralización política, la creciente participación ciudadana, son todos hechos irreversibles), en el ADN de muchos priistas, sobre todo en los estados, municipios y sindicatos, persiste la vieja cultura clientelar. La corrupción de varios gobiernos priistas en los estados durante estos últimos sexenios ha sido descomunal y vergonzosa. Enrique Peña Nieto ha hablado de un PRI "renovado", pero no ha explicado cómo desmontaría esas estructuras, prácticas e intereses. También ha dicho que promoverá algunas reformas necesarias. Pero dada la polarización de nuestra vida pública, aunque llegue a contar con una composición favorable en el Congreso, a Peña Nieto -con toda su telegenia- le costará mucho trabajo negociarlas. Los vicios del PRI tienen origen en su falta de autocrítica y de un compromiso creíble con la legalidad y la honestidad. Décadas de haberlo visto actuar en sentido opuesto, refuerzan el escepticismo.

El electorado parece dispuesto a sacar al PAN de Los Pinos. Después de años y años de "bregar eternidades" en el Congreso, el PAN no supo integrar equipos eficaces de gobierno. Por eso sus dos administraciones han adolecido de una marcada impreparación. La primera, de corte nepotista, se caracterizó por una frívola irresponsabilidad. A la segunda se le reclama haber suscitado, con su precipitación, una violencia que ha sido incapaz de frenar. En algunos estados y municipios, el PAN ha emulado al PRI y ha incurrido en prácticas flagrantes de corrupción. Con todo, es extraño que los nada despreciables índices de aprobación del Presidente no se hayan trasferido, así sea parcialmente, a la candidata del PAN. Quizá se deba al machismo. Es más probable que el rezago de Vázquez Mota se deba a las inconsistencias de su campaña, a su desencuentro con Los Pinos y al propio PAN: dividido, débil, falto de liderazgo y en seria crisis de identidad. En el remoto caso de una reversión inusitada en favor suyo, Josefina tendría que convocar a un gobierno de coalición.

La lógica de la alternancia apuntaba hacia la izquierda, pero teniendo la oportunidad de postular una mejor opción, la dejó pasar. No era López Obrador sino Ebrard. El primero predica la "refundación" de México, y se siente llamado por una instancia superior para "salvar" al pueblo mediante la sola emanación moral de su "apostólica" persona. Esta actitud -estoy convencido- es intrínsecamente autoritaria e incompatible con la vida democrática, porque concentra la vida pública en la relación hipnótica entre el líder y la masa. En cambio Ebrard representaba a la izquierda terrenal e institucional. Hay un axioma en los países de tronco ibérico: cuando la izquierda se moderniza, todo el espectro político se alinea. Ocurrió en la España de Felipe González y en Chile con Ricardo Lagos. Quizá hubiera podido ocurrir en México, pero con otro candidato. En el caso -improbable, no imposible- de triunfar el próximo domingo, López Obrador, micrófono en mano y con plaza llena, llevará el redentorismo al poder. En el caso de perder, si desconoce los resultados y se lanza a las calles, la izquierda enfrentará un dilema: o se entrega a un caudillismo suicida o busca su definitiva recomposición.

Porque creo que la limitación del poder es un axioma de la democracia, espero que los votantes presten igual atención a las elecciones legislativas. Ojalá que con su voto diferenciado eviten el "Carro completo" y así permitan la pluralidad en ambas cámaras. Lo mismo cabe esperar para la Asamblea de Representantes. Por lo que hace a la Jefatura de Gobierno en el D.F., la buena gestión del PRD merece la continuidad.

Ante el gravísimo problema de la violencia, México hubiese necesitado un estadista que nos explicara si estamos "al comienzo del fin" o "al fin del comienzo", y propusiera un rumbo: largo, difícil y penoso pero claro. Ninguno de los candidatos tiene remotamente esa dimensión. Pero en cambio hay una nueva ciudadanía: alerta, crítica y participativa. Salta a la vista en los millones que han visto los debates, en los millones que irán a votar, en el millón que atenderá las casillas, en los miles que las vigilarán. Gane quien gane, el ciudadano será el verdadero triunfador el próximo domingo. Gane quien gane, del 2 de julio en adelante los ciudadanos debemos seguir acotando el uso autoritario del poder y el corrupto despilfarro del patrimonio público. Y gane quien gane, sabremos defender las instituciones democráticas que tanto trabajo nos ha costado edificar.

Leído en: http://www.letraslibres.com/blogs/blog-de-la-redaccion/el-verdadero-triunfador

Salvador García Soto - ¿Restauración o refundación?


El dilema para quien, de acuerdo con casi todas las encuestas, gobernaría este país a partir de diciembre de 2012, será qué va a hacer con el mismo régimen político que sobrevive desde la caída priista del año 2000: ¿restaurarlo o refundarlo? Porque si, como todo indica, Enrique Peña Nieto gana este domingo las elecciones, y el conflicto electoral que se avecina no se lo impide, la duda sigue siendo si con el PRI y su candidato viviremos un retorno al pasado o si tendrán la capacidad de reinventarse y terminar de cambiar el sistema político que ellos mismos crearon en 70 años de la, nombrada por Vargas Llosa, “dictadura perfecta”.

Porque aunque en campaña ofreció no tener ambiciones de restauración y habló específicamente de no volver a un ejercicio autoritario de la Presidencia, en la actuación política de Enrique Peña Nieto no hay hasta ahora muchos elementos para encontrar una conducta democrática o un estilo de gobernar distinto al que conocimos los mexicanos durante las siete décadas del viejo régimen priista. Hay sólo pinceladas de un político que dice entender que cambiaron los tiempos y que hay un “avance democrático” y una sociedad más demandante que impediría un retroceso en áreas clave de la vida pública como la democracia, la transparencia, el acceso a la información y el respeto a libertades y derechos básicos.

Eso en el discurso, pero en la práctica falta ver si esa actitud y esa conducta prevalecen y si las alas duras del priismo, que siguen ansiado una restauración, no terminan pesando más en un gobierno peñista que los personajes más moderados y reformistas de su equipo que también los tiene y juegan un papel importante en el asesoramiento del candidato. De esa definición dependerá en un futuro saber si lo que ocurra este domingo sería un avance o un retroceso en términos políticos y sociales.

La pregunta vale porque al momento de votar, muchos mexicanos, sobre todo los que llegaran aún indecisos a las urnas -que según las encuestas aún pueden definir esta elección- buscarán la opción que les garantice, según sus circunstancias, seguridad, tranquilidad y estabilidad. Y en los discursos y proyectos presentados por los candidatos está de un lado la oferta del priista Peña que dice buscar un “cambio con tranquilidad” y ofrece que la vuelta al PRI, con toda la carga histórica que significa, sería para garantizar estabilidad económica, empleo mejor pagado y demás promesas de campaña.

Del otro lado está la oferta de Andrés Manuel López Obrador que plantea una “reconciliación nacional” y un “cambio verdadero” que rompa con los grupos de poder que, afirma, respaldan e imponen la candidatura de Peña Nieto y con sus intereses de seguir usufructuando la riqueza del país. López Obrador también ofrece un nuevo modelo económico basado en el fortalecimiento interno, los ahorros presupuestarios y el combate a la corrupción, además de hablar de una “pacificación” del país a partir de cambios en la estrategia de combate al crimen.

Josefina Vázquez Mota, por su lado, termina su campaña ofreciendo un plan de continuidad de los gobiernos panistas con el reforzamiento de programas sociales y educativos, la continuación de la lucha contra el narcotráfico “con algunos ajustes” pero con la misma decisión que hizo de esa estrategia el principal objetivo del gobierno federal en los últimos seis años. Josefina plantea además la posibilidad de que por primera vez los mexicanos conozcan un estilo de gobierno femenino que, afirma, sería una experiencia “diferente” para el país.

Hoy, último día de campañas, Las encuestas en su mayoría apuntan y -en algunos casos apuestan- en un sentido: una elección que se definirá con cierta ventaja. Los discursos de un candidato aseguran que las encuestadoras se equivocan y que, según sus datos, él ganará y de no ser así, habría fraude. Otra candidata apuesta por un “milagro” que evite una debacle para el partido gobernante; pero al final la decisión está en las manos de quienes este domingo salgan a votar y en que se cumplan las premisas básicas de la democracia: legalidad, certeza y transparencia.

sgarciasoto@hotmail.com | @sgarciasoto

Ciro Gómez Leyva - Mi voto el próximo domingo


Ciro Gómez Leyva

Votaré con entusiasmo por Miguel Ángel Mancera para jefe de Gobierno del DF. Soy un ciudadano razonablemente agradecido con la gestión de Marcelo Ebrard y veo en Mancera el proyecto de continuidad. Me basta su promesa de mayor seguridad y más libertades.
Con entusiasmo votaré también por Rosi Orozco, la candidata del PAN al Senado. Es lo menos que puedo hacer por una mujer que ha tomado la lucha contra la esclavitud de la trata de personas como opción de vida. A Rosi-diputada se debe, en buena medida, la reciente ley en la materia. Es mi modelo de legislador.
No he revisado quiénes son los candidatos a delegado, diputado federal y diputado local. Pero como las encuestas marcan que arrollará la izquierda, tacharé el emblema del PRD solo para sentir que gané.
El problema viene en la boleta presidencial. Me cae bien Enrique Peña Nieto y coincido con quienes piensan que su victoria no significará la restauración del PRI autoritario y corrupto. Al contrario, creo que la circunstancia lo llevará a diseñar un gobierno responsable, incluyente y transparente. Pero nunca he votado por el PRI. No quiero hacerlo ahora.
Me gustó la campaña de Andrés Manuel López Obrador, me gustó el personaje 2012. De ganar, tampoco tendría gran margen para el autoritarismo y el delirio. Pero mi masoquismo no da para votar por un hombre de poder que me ha injuriado a conveniencia los últimos años.
Aprecio a Josefina Vázquez Mota y me ha estremecido su resistencia para no desfondarse en una campaña en que las cosas nunca funcionaron. Pero 12 años de PAN son suficientes.
Formo parte, pues, de los indefinidos. Como hace seis años, elegir Presidente no será una alegría para mí. 
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/mivotoelproximodomingo-1318304-columna.html

Jorge Volpi - Voto razonado

Jorge Volpi
Desde la primera vez que tuve la oportunidad de votar, nunca me había sentido tan frustrado ante una elección. En todas las ocasiones anteriores me animó un impulso, que casi me atrevería a llamar moral, a la hora de escoger. En 1988 y en 1994 voté por Cuauhtémoc Cárdenas, para mí la opción más clara para terminar con el autoritarismo y la corrupción del PRI. En el 2000 No dudé en apoyar a Vicente Fox por las mismas razones. En 2006 me decanté por Andrés Manuel López Obrador, el eficaz alcalde de la ciudad de México, quien prometía combatir el que a mis ojos era -y aún es- el mayor problema del país: la desigualdad.

Hoy, en cambio, ninguno de los candidatos despierta mi entusiasmo. Aun así, no pienso que anular mi voto o abstenerme contribuya a mejorar las condiciones del país. Jamás voté por el PRI, y no lo haré ahora. Más allá del historial del partido, aduzco otro argumento: pese a la sobreexposición de la que se ha beneficiado, nada sé de Enrique Peña Nieto. Bajo su retórica no he logrado descubrir una sola idea propia, un solo rasgo de carácter, un solo signo que me permita atisbar su personalidad, sus convicciones, su verdadero rostro. Lo veo y lo oigo y no consigo intuir quién se oculta detrás de su cuidada máscara. Ése ha sido su plan: colocarse, gracias a los errores de sus rivales y a su cercanía con los medios, como puntero en las encuestas. Y, una vez allí, resistir los embates sin jamás mostrarse tal cual es. Incluso si aparcara mi desconfianza hacia el PRI, no podría votar por un espectro.

Josefina Vázquez Mota me parece una mujer seria, eficaz, decidida. En la SEP intentó oponerse al control que Elba Esther Gordillo ejerce sobre la educación y por ello fue apartada del cargo. Confío en su honestidad y sus buenas intenciones. Por desgracia, sobrelleva un lastre imposible de obviar: la fracasada estrategia de seguridad del presidente Calderón. Los 60 mil muertos no son culpa exclusiva del Gobierno, pero aplicar una estrategia a todas luces equivocada, que ha generado un inédito escenario de confrontación y violencia, sin tomar las medidas necesarias para corregirlo, no sólo es prueba de soberbia, sino de una falta de responsabilidad que debe ser castigada en las urnas. Si Vázquez Mota hubiese hecho explícito su rechazo a esta herencia y hubiese presentado una nueva estrategia sobre el tema, que contemplase discutir la legalización de las drogas -a mi modo de ver, la única salida-, le hubiese otorgado mi voto. Aunque sospecho que ella hubiese querido hacerlo, al final quedó atrapada en la maquinaria electoral del PAN.

Gabriel Quadri ha presentado el programa más inteligente y variado de los candidatos, pero tampoco podría votar por él. Su discurso liberal se halla al servicio de los intereses más anquilosados. Uno de los mayores problemas del país es la educación y yo jamás podría votar por quien ha sido corresponsable del estancamiento de miles de niños y jóvenes. Un voto por el PANAL es un voto a favor de la inmovilidad y el atraso.

El López Obrador de 2012 no es, por desgracia, el López Obrador que gobernó la ciudad de México. Tampoco el candidato del 2006. Si bien puedo comprender su rabia tras perder la elección por unos cuantos votos -debidos, en mi opinión, a la intervención ilegal de Fox y a la campaña orquestada en su contra por los medios-, su deriva poselectoral le hizo un enorme daño a la izquierda mexicana. El plantón en Reforma es lo de menos. Haber "mandado al diablo" a las instituciones y asumirse como presidente legítimo constituyó, en cambio, una enorme irresponsabilidad política. Desde hace unos meses ha querido moderar su discurso, pero su tozudez e intransigencia no dejan de generarme dudas.

No obstante, será la opción que elegiré. No tanto por el propio López Obrador, sino por lo que representa: una vía de izquierda que, si continúa la senda emprendida por el PRD en el DF, defiende la agenda socialdemócrata en la que confío. Y, sobre todo, porque mi voto por AMLO es un voto por dos de las figuras públicas que lo acompañan: Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente. El primero hubiese sido, en mi opinión, el mejor candidato que podría haber presentado la izquierda. Bajo su guía, la ciudad de México se convirtió en uno de los lugares más avanzados del mundo en términos de derechos sociales y de minorías. Creo que, desde la secretaría de Gobernación, Ebrard podría articular una nueva política de seguridad que, contradiciendo la lógica de la guerra, lograría sacarnos del violento atolladero en el que estamos. Por su parte, el ex rector de la UNAM me parece la figura ideal para reformar nuestro sistema educativo, enfrentarse al poder de la Maestra y lograr que nuestros jóvenes reciban la formación de calidad que merecen para convertirse en ciudadanos críticos. Mi voto por López Obrador es, pues, un voto por el proyecto al que se han sumado De la Fuente y Ebrard.

twitter: @jvolpi

Leído en: http://www.elboomeran.com/blog/12/blog-de-jorge-volpi/

Ricardo Alemán - ¿Dónde quedó el amor?

Ricardo Alemán
A una semana de la elección presidencial, la polarización, el odio y la intolerancia parecen llegar a su punto climático.

Y es que, igual que en 2006, el fanatismo político de un sector social identificado con la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, muestra signos alarmantes de fascismo, al lanzar insultos, improperios y amenazas contra los que piensan distinto, contra los que disienten y critican al mesías convertido en aspirante presidencial y, en general, a la clase política.

La mañana de ayer domingo, cuando el autor del Itinerario Político caminaba con su familia por Avenida Juárez –frente al hemiciclo del mismo nombre–, algunos comerciantes ambulantes identificados con Morena, lanzaron toda clase de insultos y amenazas, al identificarlo como uno de los periodistas críticos del lopezobradorismo, el panismo y/o el priísmo.

La agresión verbal inició cuando una mujer señaló, a gritos y con la diestra… “¡ahí va Ricardo Alemán… vendido, enemigo del pueblo, traidor, priísta…!”, señal que detonó el insulto generalizado, sin faltar perlas como… “¡mátenlo al cabrón!”.

Pero aún más ilustrativos de la intolerancia, la polarización, el odio y en fanatismo sembrados por el lopezobradorismo en sus feligreses, es la respuesta de decenas de lopistas que, en Twitter, no sólo aplaudieron la agresión, sino que la justificaron –-“porque es lo que te mereces…”–, y hasta se sumaron a ella. Por eso la pregunta: ¿Ese es el amor y la tolerancia que pregona López Obrador; esa es la cultura amorosa de los llamados militantes de las dizque izquierdas mexicanas?

Lo cierto es que ante la proximidad de la jornada comicial, el reino de la República Amorosa ha exaltado al máximo los ánimos de sus seguidores, hasta niveles no vistos de fanatismo, odio e intolerancia, contra todos y todo lo que no se identifique con AMLO y con su Morena.

Y si tienen dudas, otra agresión la padecieron decenas de vecinos de las instalaciones del IFE –en el sur del DF–, a los que pandillas de lopistas que tomaron las instalaciones de esa institución –hace semanas–, agredieron a manotazos y patadas en sus automóviles. ¿La razón? “¡Porque son ricos!”.

Queda claro que asistimos a los previos de una peligrosa crisis político-electoral, estimulada por la rabia y la desesperación del lopezobradorismo que sabe su derrota y que busca polarizar, confrontar, sembrar odio y, en el fondo, construir un clima generalizado de violencia. Y es que, según los lopistas, su causa justifica todo tipo de agresión, sea a un periodista que piensa diferente, a un ciudadano que no comulga con sus ideas, sea a los que creen en otras alternativas político-electorales.

Y en esa lógica fascista, no creer en AMLO, cuestionarlo, apostarle a otra candidatura, son sinónimos de “traición”, “mediocridad”, o invitar “al infierno”, entendido como el regreso del PRI. No comulgar con López, es argumento suficiente para insultar, ofender, agredir, difamar y considerar al adversario –al que piensa diferente–, como enemigo que debe ser exterminado. Y eso, en México o en China, está muy lejos de ser un pensamiento o una cultura de izquierda. Eso se llama fascismo. Y eso es lo que propone el candidato de las dizque izquierdas.

Y si tienen dudas, ¿cómo le llamarían al hecho de que un grupo de vendedores ambulantes, tolerados por el GDF, insulten, agredan, ofendan a un ciudadano –que camina por la calle–, por cometer “el delito” de pensar diferente? Esas jaurías, señor López Obrador, son su clientela; su hechura. Y lo reconozca o no, esas prácticas son propias del fascismo. Esos tolerados del comercio ambulante, señor Marcelo Ebrard, son la leva para el choque y el cacerolismo, y nada tienen que ver con un demócrata y una ciudad de libertades.

Y, al final de cuentas, esas agresiones lanzadas contra un periodista que ejerce su derecho de libre tránsito, son producto de la satanización que todos los días hace de sus críticos, en la plaza pública, el señor López Obrador, verdadero sembrador de odio y de lo más cuestionable de las prácticas fascistas. Y es que no es posible que un ciudadano que vive de la crítica, sea agredido por la turba identificada con un partido y un gobierno, por “¡cometer el delito de pensar diferente y de criticar!”. ¿Esa clase de represión al pensamiento distinto, es parte del gobierno que propone; señor López Obrador? ¿Dónde quedó el amor?

EN CAMINO

Por cierto, cuando reporteábamos en el centro de la ciudad, vimos todo el dinero y toda la seguridad para los “chamacos chamaqueados” del #YoSoy132. Mantas nuevas, pancartas nuevas, camisetas nuevas y… vigilancia especial. ¿Quién pompó?

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/donde-quedo-el-amor

Rafael Loret de Mola - ¿Es posible un fraude?

Rafael Loret de Mola
José Woldenberg, quien fue esposo de Julia Carabias mientras duró su encargo durante la administración zedillista y, por ende, fue protagonista como consejero presidente del Instituto Federal Electoral en 2000, mientras se hablaba de la estrecha cercanía del presidente con la señora Carabias –a veces las cuestiones de alcoba, como en esta ocasión, son bastante más que un chisme si desnudan las interrelaciones entre los supuestos organismos autónomos y el poder central-, se convirtió, gracias a la primera alternancia, en una especie de prestigiado gurú, estimado por los intelectuales y bien acogido por los medios de información. Hoy, es un referente indispensable para analizar las condiciones de la contienda electoral, de cara al 1 de julio, y por ello cuanto declara sobre la “imposibilidad” de un fraude electoral “maquinado centralmente” cobra relevancia al ritmo en el que los candidatos se cierran en sus conjeturas.

Pues bien, Woldenberg basa sus asertos –las 333 comisiones que revisan el padrón, las boletas infalsificables, los elementos de seguridad en las credenciales de elector, la honestidad de los ciudadanos insaculados para formar las mesas electorales, y el transporte de los paquetes electorales con una comitiva de funcionarios y representantes partidistas, sobre todo-, en cuestiones técnicas y blindajes con la misma condición sin observar que, como en 2006, las desviaciones a la voluntad general se den mucho antes de los escrutinios o durante éstos en las zonas marginales en donde, por ejemplo, la ausencia de varones es rutinaria por efectos de la pizca en los Estados Unidos; y no pocas mujeres necesitadas, claro, por unos cuantos pesos, ofrecen sus credenciales y las de sus consortes para disponer de boletas y después cruzarlas, por lo general, a favor del candidato con mayor potencial económico. Hace seis años, por ejemplo, así procedió Felipe Calderón aconsejado por los mismos catalanes que hoy atizan las hogueras.

López Obrador, en aquel año que tanto recuerda –volvió a ser referente de la “campaña negra” para alimentar el fuego de la contienda actual en su fase final-, cometió el grave error de considerar un “fraude generalizado”, es decir extendido a todo el país y a todas las casillas, cuando fueron cuatro o cinco los laboratorios comiciales que jugaron con una franja de un millón de votos: Eso bastaba porque el tabasqueño se había dejado alcanzar, pero no rebasar, por una derecha bendecida por la parafernalia presidencial y el manejo de los medios masivos de comunicación y de los corporativos empresariales que los sostienen. Cuando hablé con Andrés Manuel sobre ello, me dio la razón y pretendió rectificar: En su crónica de aquellos eventos mencionaba, en un capítulo extenso, todas las pruebas reunidas sobre la existencia de los laboratorios alquimistas pero, a última hora –según me contaron sus editores, entre ellos Ariel Rosales, de Random House Mondadori-Grijalbo-, decidió suprimir toda referencia al tema para reiterar el haber sido víctima de un fraude total, casilla por casilla, lo que era no sólo mentiroso sino difícil de probar. Y, con ello, claro, ganaron a mansalva los promotores de la derecha que supieron esconder las manos –y los laboratorios- a tiempo. Esto marcó la diferencia entre la incredulidad y la afrenta indiscutible al sufragio universal.

Esto es: el fraude sigue siendo posible en tanto exista dominio de un determinado partido en algunas regiones del país, lo mismo en Guanajuato, en donde la estructura panista funciona como un reloj en las comunidades y villas rurales productoras de mano de obra de exportación, o en las zonas de conflicto, en el sureste del país, donde el aspirante de “las izquierdas” debió tener algunos encuentros con los comandantes y jefes de los grupos subversivos que por allí pululan. Y conste que lo hemos venido señalando de manera reiterada desde hace ya varios meses –“Sin Redención”, Océano, 2012, sin que se apliquen indagatorias sobre el particular; pareciera que lo único importante es la disposición extraordinaria de fondos públicos.

Sobre lo anterior, también hay un fraude maquinado. Digamos, por ejemplo, que Enrique Peña gane las elecciones y después se le compruebe –allá por enero de 2013, de acuerdo a los plazos puestos por el propio IFE-, que cometió graves excesos presupuestarios, gastando mucho más de cuanto tenía asignado por ley. ¿Se le desconocería acaso como presidente? Pues no. De acuerdo al Código Federal Electoral, ello daría cuenta a una multa millonaria, sin prisión ni inhabilitación de cargos. Simplemente, bastará sufragar la sanción y terminar así la controversia en medio del desinterés general. Por ello, ya no hay quien se preocupe, siquiera, de revisar los excedentes derramados sobre las campañas del PRI, el PAN y el PRD también. Nadie se salva y por ello las acusaciones se entrecruzan sin hacer apenas ruido como en el penoso caso del extorsionador José Luis Ponce de Aquino que pretendió sacar “tajada” de sus denuncias sobre la mala disposición de 56 millones de dólares destinados a un proyecto ilegal: Publicitar a Peña Nieto en el exterior, lo que está expresamente prohibido. El intento de escándalo no llegó siquiera a ser parodia, pero alertó, a todos por igual, de hasta donde podría llegarse en los últimos días de campaña. Ya estamos en ellos.

Debo insistir, porque mis conocimientos no son técnicos como los de Woldenberg sino se basan en la observación directa, que una cosa es votar en las casillas urbanas y otra, muy distinta, hacerlo en las rurales, sobre todo las más alejadas de capitales y grandes ciudades estatales. Me temo que cuando se conoce la geopolítica actual del país, es posible entender cómo, en algunos municipios aislados, se vota en la jornada anterior a la oficial y se hace firmando las actas después de un consenso general, esto es: Todos en la misma tendencia, salvo los rebeldes que hay por doquier. O que es factible manipular las estadísticas –como se hizo en 1988-, presentando primero las votaciones de los lugares más cercanos a los centros de cómputo para dar idea de tendencias, que no son irreversibles, pero se presentan como definitivas. Ya nos ha ocurrido y, sin embargo, nos hablan de que estamos blindados contra el fraude.

¿Acaso no fue un fraude el dictamen final del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, en 2006, cuando asentó que no fueron determinantes para el resultado de la elección las intervenciones probadas e ilegales del entonces presidente de la república, el señor Fox ahora el primer panista “peñista”, y de sus acorazados empresariales quienes dieron cuenta de la “campaña negra” con dinero privado y destinado al célebre e intocable grupo Ostos&Solá, “hacedores de presidentes” como se presentan, con sedes en Madrid y ahora en México?

No, por supuesto que no creemos en la posibilidad de una rebatiña de urnas, como en el pasado, o en la simpleza de un mal uso del padrón electoral. Los antídotos contra la democracia son más elaborados, porque se basan en la triste realidad de las diferencias de clase, que cuantos observa el señor Woldenberg sin ensuciarse las botas. Lo mismo habrá pensado de la fidelidad matrimonial hasta que los hechos mismos le abrieron los ojos y no pudo sino hacerse a un lado. Repito: La vida personal es intocable sólo cuando no tiene repercusiones en la vida pública. l

oretdemola.rafael@yahoo.com.mx

LA LÍNEA ENTRE LA VIDA PERSONAL Y LA PÚBLICA SERÁ SIEMPRE MUY DELGADA. NO ES POSIBLE CONOCER A QUIENES ASPIRAN A LA GLORIA DE LA PRESIDENCIA SIN SABER CÓMO SON EN SUS HOGARES.

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/es-posible-un-fraude

Sergio Sarmiento - Chapo, chapito

Sergio Sarmiento
El gran golpe que había de dar relevancia a la lucha contra el narco unos días antes de las elecciones se desvaneció con prontitud. No sólo el detenido no fue el hijo del Chapo Guzmán, como se había pretendido, sino que ni siquiera había pruebas suficientes para consignarlo ante un juez.

Dos jóvenes fueron detenidos el jueves 21 de junio en Zapopan, Jalisco. Los marinos irrumpieron en su domicilio sin orden de cateo ni aprehensión. En el lugar encontraron dos armas largas y dos cortas, cuatro granadas, 135 mil dólares y 295 mil pesos en efectivo, así como varias credenciales con distintos nombres.

El detenido fue presentado a la mañana siguiente en una conferencia de prensa en la SIEDO en la ciudad de México. Uno de los jóvenes detenidos fue identificado como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del Chapo Guzmán. El vocero de la Armada señaló que el joven de 26 años era uno de los principales capos del cártel de Sinaloa y que era el administrador de los bienes de la organización.

Al parecer la información para la detención fue proporcionada por la Drug Enforcement Administration (DEA). El gobierno de los Estados Unidos aplaudió de inmediato la captura del “hijo del Chapo”. Desde el principio, sin embargo, los familiares y el abogado negaron que el detenido fuera hijo del más famoso narcotraficante del planeta. A la postre la PGR reconoció este hecho.

Por supuesto que detener a alguien por ser hijo de alguien más es un absurdo. En México no existe el delito de portación de pariente prohibido. El hecho de que el detenido hubiera estado en posesión de armas prohibidas habría sido suficiente para pedir una consignación a un juez. Pero las autoridades optaron por el arraigo, que les permite privar de la libertad a alguien sin pruebas y sin atender a las condiciones legales para una consignación.

Han sido detenidos a lo largo de los años varios parientes del Chapo con resultados diversos. Iván Archivaldo Guzmán Salazar, éste sí su hijo, lo fue en 2005 en Zapopan, pero fue liberado por los tribunales en 2008 por falta de pruebas de actividades ilícitas. A Claudia Adriana Elenes Salazar, sobrina, se le aprehendió también en 2008 y se le acusó de lavado de dinero, pero quedó en libertad también por falta de pruebas. Griselda López Pérez, la primera esposa del Chapo, fue detenida en 2010, pero se le dejó en libertad porque no había indicios de que participara en actividad criminal alguna. Otros miembros de la familia del Chapo sí purgan penas de cárcel.

El arraigo sigue sirviendo como mecanismo para mantener detenidos a los acusados sin pruebas. El general Tomás Ángeles, ex subsecretario de Defensa, ha sido arraigado nuevamente cuando los primeros 40 días de arraigo no fueron suficientes para obtener pruebas para consignarlo ante un juez. Las declaraciones del testigo protegido que ha declarado en su contra difícilmente llevarían a la condena que quiere la SIEDO. No solamente aporta testimonios de oídas, sin certeza jurídica, sino que además uno de ellos refiere que el general participó en una reunión en México cuando en realidad se encontraba fuera del país.

Los esfuerzos preelectorales por demostrar que la guerra contra el narco está entregando buenos resultados se desmoronan. Las acciones de las autoridades siguen pareciendo confusas; las consecuencias para la población en términos de violencia, son terribles; la estrategia de largo plazo se antoja inexistente. Si el propio Presidente de la República concede que no se puede acabar con el comercio de las drogas de esta manera, vale preguntarse para qué estamos haciendo este esfuerzo. 

DENLES TODO

Levanta su plantón la CNTE en Michoacán tras impedirse la aplicación de la evaluación educativa y con un acuerdo en el que se dice que se satisfarán todas las exigencias del grupo. Con razón se repiten las movilizaciones todos los años.

Twitter: @sergiosarmient4

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/chapo-chapito

Jesús Silva-Herzog Márquez - La soberania del número

Jesús Silva-Herzog Márquez
Marcar un símbolo con un signo. Tachar un emblema. Eso es lo único que nos pide la ley electoral para contribuir a la decisión colectiva. No nos pide un argumento, ni siquiera una palabra: nos llama simplemente a agregar una canica para el conteo. A cada ciudadano corresponde un voto y solamente un voto. El voto del acaudalado pesa lo mismo que el voto del indigente. Pero la igualdad electoral no es solamente equivalencia de individuos sino también de razones. Las motivaciones del voto no son computables. El miedo es un motor tan legítimo como la esperanza. Si la democracia es un sistema que le exige razones al poder, se activa periódicamente con el voto, un acto impermeable al argumento. El régimen democrático se pone en marcha con un cómputo ciego. El voto meditado durante meses cuenta igual que el voto del capricho.

La elección instaura la momentánea soberanía del número. En ese instante, la política queda condensada en un elemental dispositivo sumatorio. La máquina de sumar no evalúa fundamentos ni intenciones: cuenta. La mano que tachó el símbolo desaparece y queda solamente la cruz sobre el símbolo en el papel. La democracia exige que esa ceguera sea defendida: importa el voto porque el votante es invisible, porque su emisor es anónimo, porque sus razones no pueden ser conocidas, porque sus argumentos resultan irrelevantes en el conteo. Pero en la supremacía de la aritmética hay un símbolo y una moral que no deberíamos olvidar.

El número tritura la unidad. El domingo por la noche empezaremos a conocer el resultado de la elección. No podrá decirse que entonces se conoce la voluntad de la nación porque los votos constatarán la diversidad de decisiones individuales y ocultarán al mismo tiempo, la multiplicidad de motivos. Ni siquiera quienes votan por el mismo candidato lo hacen por los mismos motivos, con las mismas intenciones, con el mismo proyecto en mente. Unos respaldarán su plan de gobierno, otros sentirán confianza en su liderazgo, otros simplemente rechazarán las alternativas. No puede imaginarse, pues, coherencia en el mensaje de los votantes. Cualquier intento por imponerle consistencia a ese número es demagogia. Cuidado con quien nos diga: el pueblo mexicano ha enviado un mensaje claro… La única voluntad de los votantes es su voto. Se constituirán gobierno y oposiciones; aparecerán mayorías y minorías. La filosofía de la aritmética nos recuerda que el país está en uno tanto como en el otro.

El episodio aritmético nos recuerda que la sociedad pluralista no es más que una suma circunstancial de parcialidades. La elección es una operación fechada. Con la decisión del domingo habremos de vivir los próximos seis años pero esa expresión electoral es, sin duda, capricho del calendario: la decisión habría sido distinta de haberse tomado un año antes o un año después. Es absurdo pensar que el acto electoral, vacilante como es, arraigue en una identidad histórica o en el carácter de la nación.

Pero en la suma hay también una moral: el sistema electoral no pondera los argumentos que hay detrás del voto pero asume que hay razones para votar por unos o por otros; para votar contra unos y contra otros. Durante la campaña electoral se nos conmina a respaldar a un partido como si ésa fuera la única forma de ser leales al país. Se nos presiona para rechazar a otros como si no hubiera argumento razonable para apoyarlos. Las campañas no dejan de ser chantajes morales: si no votas por mí eres un miedoso, un misógino, un amigo de los mafiosos; si votas por ellos serás su cómplice. Pero hay que escapar de ese callejón tramposo. Cada quien tomará su decisión. Unos con entusiasmo y otros resignados a abrazar al mal menor; algunos con ilusión, otros con cierta repugnancia. Lo que valdría la pena admitir es que hay argumentos razonables, hay motivos legítimos, hay emociones dignas para respaldar a cualquiera de las opciones disponibles en la elección del domingo. Debemos asumir que nosotros también somos un número al votar y que hay muchos otros números haciendo lo mismo, aunque seguramente con decisiones distintas.

El cuento autoritario nos hablaba de la voluntad auténtica de México, esa que arraigaba en nuestra historia irrepetible, en nuestro régimen idiosincrático. La derecha era el juguete de la Iglesia; la izquierda era el caos. Los votantes de la derecha y de la izquierda no eran votantes confiables: se dejaban manipular por los curas y los revoltosos. En esa negación de las alternativas se legitimó la trampa ‘patriótica’. Los votantes se equivocaban, no sabían lo que hacían, por ello era necesario ‘intervenir’ el proceso y corregir la voluntad electoral para que correspondiera con la voluntad nacional. No podemos regresar a esa lógica que separa votos legítimos de votos ilegítimos; votos ilustrados y votos manipulados; votos mexicanos y votos del Antiméxico. La soberanía del número nos invita a salir de ese cuento para respetar la cuenta.

Leído en: http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com/el_blog_de_jess_silva_her/2012/06/la-soberan%C3%ADa-del-n%C3%BAmero.html

Carlos Ramírez - Fue un regaño del EPR, güey

Carlos Ramírez
» Fue un regaño del EPR, güey
» Intervención foránea en el 132

En medio de sus aceleramientos, el movimiento YoSoy132 quedó atrapado en sus propios radicalismos fundamentalistas. El jueves 21 el EPR, una de las guerrillas mexicanas con más presencia sostenida, les dijo a los jóvenes estudiantes de universidades privadas que “les tomamos la palabra” en la amenaza juvenil de que “si hay imposición (de presidente), habrá revolución”. 

Hasta el domingo el 132 ni siquiera acusaba recibo del comunicado guerrillero. De ahí que la irrupción del EPR, involucrado en estallamiento de explosivos en varias instalaciones federales, o no fue entendida por los estudiantes acelerados o es la hora en que tampoco entendieron su contenido.

De ahí que el comunicado del EPR al 132 haya sido un regaño al uso del lenguaje revolucionario por parte de jóvenes indignados. Si se lee bien el texto, los guerrilleros mandan a los chavos a estudiar la historia y marxismo y de alguna manera los conminan a no ser tan superficiales con consignas que carecerían de voluntad radical. Por eso la guerrilla les dijo al 132: “les tomamos la palabra”. ¿Cuántos del 132 de las universidades privadas, donde pagan altas colegiaturas, van a irse a la guerrilla después de las elecciones del domingo si gana Peña?

El comunicado del EPR a los chavos del 132 les pide seriedad y los envía a estudiar historia real del país y a estudiar teoría marxista para que sepan qué quieren decir cuando invocan la palabra revolución:

“Somos un partido en la clandestinidad desde hace 48 años, fuimos y somos jóvenes que estamos en la lucha de masas y aportamos lo que podemos, por eso como viejos (jóvenes de corazón) y jóvenes biológicamente, creemos que la actitud de los jóvenes del #YoSoy132 es loable porque su existencia es ya un cuestionamiento al régimen neoliberal y sus políticas depredadoras que conducen al ser humano a la barbarie. Estos jóvenes como otros más están aportando ideas y definiciones que deben ser tomadas en cuenta; sin embargo, ante el clamor que se ha escuchado en toda la república sobre que “SI HAY IMPOSICIÓN HABRÁ REVOLUCIÓN”, esa consigna la valoramos y aunque puede ser emocional o consciente, les tomamos la palabra. A los que la tomen como consciente, razonada, elaborada con decisión, les opinamos que si se deciden por tal situación, ésta es difícil y de muchos esfuerzos que no implican sacrificios.

“No dudamos que ante un fraude y por consiguiente una imposición habrá grupos que quieran hacer una revolución y a estos les decimos que hay que analizar la historia de todos los pueblos que han luchado por su liberación; nutrirse con la teoría y la ideología marxista leninista, la cual es un guía para la acción y proponerse un lineamiento político, una estrategia, la táctica y sus tareas; los estatutos que rijan su actitud ante la vida y comportamiento para sobrevivir; controlar sus emociones para que en el momento en que quieran hacer sus grupos, comités o células no sean infiltrados, ya que eso sucedió en algunos grupos después de las trágicas masacres estudiantiles-populares del 68 y del 71.

“Puede darse y es posible que haya levantamientos armados en nuestro país de quienes han sufrido y continúan sufriendo hambre y atropellos caciquiles por parte del PRI y el PAN, partidos que han asesinado, humillado y despreciado a nuestro pueblo”.

Lo bueno para el 132 es que se siguen movimiento en la periferia de la crítica mediática, que siguen careciendo de un programa político. De alguna manera también se los dijo Camila Vallejo, vicepresidenta de la federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y dirigente de la Juventud Comunista, en su mensaje “Un saludo a México”, escrito en su blog, al invocar a México como la tierra de Zapata y Villa. En su texto, Vallejo les recuerda que el adversario es el mercado y el neoliberalismo y los intereses corporativos y económicos que dominan las decisiones, lo que traducido a México critica a las granas empresas corporativas que forman parte de los consejos educativos de las universidades privadas a las que asisten los del 132; por tanto, por ahí debiera reorientarse la lucha de los indignados: Contra las estructuras de sus universidades que fijan los lineamientos educativos para forjar las mentes de los jóvenes.

“Tanto ustedes como nosotros hemos presenciado durante mucho tiempo cómo la política anquilosada en intereses corporativos y económicos renunció a los cambios sociales. Una política secuestrada por las directrices del mercado ultraliberal, la corrupción, el egoísmo, manipuladora de complejas herramientas de coerción social y comunicacionales, abandonada de toda ética y veracidad.

“Hemos visto cómo formas institucionalizadas de hacer política, se encargan de mantener y defender a toda costa un modelo inhumano y deshumanizante, centrado en el lucro y no en la vida, construido desde el individualismo y la competencia, sin valores y sin un “nosotros”, sin el entendimiento colectivo. Un modelo que absorbe, que consume, que nos aplasta imponiéndonos la ignorancia, que nos despoja de nuestros derechos, de nuestra libertad y nuestra dignidad”.

Pero el 132 anda por su cuenta, inflexible, autoritario, fundamentalista, sordo, exigiendo que el proceso electoral mexicano se someta a sus caprichos, intentando convertirse en un IFE paralelo. Mientras, ya se les colaron intereses extranjeros. Por ejemplo, Karen Silva Banderas es una de las comunicadoras del 132 y de manera oficial invita y convoca, emite opiniones sobre la represión en México, y opera como oficina de comunicaciones y relaciones públicas; sólo que Silva Banderas es ecuatoriana y tiene una oficina que vende los servicios de comunicaciones, lo que lleva a preguntar que quién le paga para operarle relaciones con prensa mexicana al 132. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, es una pieza de Hugo Chávez y se ha destacado por reprimir a la prensa.

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/fue-un-regano-del-epr-gueey

John Cheever - Reunión

John Cheever
(1912-1982)

Reunión

La última vez que vi a mi padre fue en la Estación Gran Central. Yo iba de la casa de mi abuela, en los Adirondack, a un cottage en el Cabo alquilado por mi madre, y escribí a mi padre que estaría en Nueva York, entre dos trenes, durante una hora y media, y le pregunté si podíamos almorzar juntos. Su secretaria me escribió diciendo que él se encontraría conmigo a mediodía frente al mostrador de información, y a las doce en punto lo vi venir entre la gente. Para mí era un desconocido –mi madre se había divorciado de él hace tres años y desde entonces no lo había visto- pero apenas lo vi sentí que era mi padre, un ser de mi propia sangre, mi futuro y mi condenación. Supe que cuando creciera me parecería a él; tendría que planear mis campañas ateniéndome a sus limitaciones. Era un hombre alto y apuesto, y me complació enormemente volver a verlo. Me palmeó la espalda y estrechó mi mano.

-Hola, Charlie –dijo-. Hola, hijo. Me agradaría llevarte a mi club, pero está en la calle 60, y si tienes que tomar el tren será mejor que comamos aquí. – Me pasó el brazo sobre los hombros, y yo olí a mi padre del mismo modo que mi madre huele una rosa. Era una intensa mezcla de whisky, loción de afeitar, pomada de zapatos, lanas y el olor de un varón maduro. Abrigué la esperanza de que alguien nos viera juntos. Deseé que pudiéramos fotografiarnos. Quería conservar un recuerdo de nuestra reunión.

Salimos de la estación y entramos por una calle lateral, y entramos en un restaurante. Aún era temprano, y el local estaba vacío. El barman estaba disputando con un repartidor, y al lado de la puerta de la cocina había un camarero muy viejo con una chaqueta roja. Nos sentamos, y mi padre llamó en alta voz al camarero.

-Kellner! –gritó-. Garçon! Cameriere! ¡Usted! –En el restaurante vacío su estridencia parecía fuera de lugar. -¡Alguien que pueda atendernos! –gritó-. Chop-chop. –Después, batió palmas. Así atrajo la atención del camarero, que arrastrando los pies se acercó a nuestra mesa.
-¿Usted golpeó las manos para llamarme? –preguntó. -Cálmese, cálmese, Sommelier –dijo mi padre-. Si no es demasiado pedirle... si no significa imponerle una obligación excesiva, desearíamos un par de Gibson. 
-No me gusta que me llamen golpeando las manos –dijo el camarero. 
-Tendría que haber traído mi silbato –dijo mi padre-. Tengo un silbato que es audible sólo para los camareros viejos. Bien, prepare su anotador y su lapicito y vea si puede escribirlo bien: Dos Gibson. Repita conmigo: Dos Gibson. 
-Será mejor que vaya a otro lugar –dijo en voz baja el camarero. 
-Ésa –dijo mi padre- es una de las sugerencias más brillantes que he oído jamás. Vamos, Charlie, salgamos de esta covacha. Salí del restaurante con mi padre y entramos en otro. Esta vez no se mostró tan ruidoso. Llegaron las bebidas, y me interrogó acerca de la temporada del campeonato de béisbol. Después, golpeó con el cuchillo el borde de la copa vacía y de nuevo empezó a gritar. 
-Garçon! Kellner! Cameriere! ¡Usted! Puede molestarse en traernos dos más de lo mismo. 
-¿Qué edad tiene el muchacho? – preguntó el camarero. 
-Eso –dijo mi padre- qué mierda le importa. 
-Lo siento, señor –dijo el camarero- pero no serviré otra bebida al muchacho. 
-Bien, tengo algo que decirle –dijo mi padre-. Tengo algo muy interesante que decirle. Ocurre que no es el único restaurante en Nueva York. Abrieron otro en la esquina. Vamos, Charlie. 
Pagó la cuenta y salimos de ese restaurante y entramos en otro. Aquí, los camareros tenían chaquetas rosadas, como cazadores, y de las paredes colgaban diferentes arreos. Nos sentamos, y mi padre empezó a gritar otra vez. 
-¡Perrero mayor! Iujuuú y todo eso. Queremos beber algo para el estribo. A saber, dos Bibson. 
-¿Dos Bibson? –preguntó el camarero, sonriendo. 
-Maldito sea, sabe muy bien lo que deseo –dijo irritado mi padre-. Quiero dos Gibson, y de prisa. Las cosas han cambiado en la vieja y alegre Inglaterra. Así me dice mi amigo el duque. Veamos qué puede darnos Inglaterra cuando pedimos un coctel. 
-No estamos en Inglaterra –dijo el camarero. 
-No discuta conmigo –replicó mi padre-. Haga lo que le ordenan. 
-Pensé que tal vez desearía saber dónde está –dijo el camarero.
-Si hay algo que no puedo tolerar –dijo mi padre-, es a los criados insolentes. Vamos, Charlie. El cuarto lugar era italiano.
-Buon giorno –dijo mi padre-. Per favore, possiamo avere due cocktail americani, forti, forti. Molto gin, poco vermut. 
-No entiendo italiano –dijo el camarero. 
-Oh, vamos –dijo mi padre-. Entiende italiano, y claro que lo entiende. Vogliamo due cocktail americani. Subito. 
El camarero se retiró y habló con su jefe, que se acercó a nuestra mesa y dijo: 
-Lo siento, señor, pero esta mesa está reservada. 
-Muy bien –dijo mi padre-. Denos otra mesa. 
-Todas las mesas están reservadas –dijo el jefe de camareros. 
-Entiendo –dijo mi padre-. No desean servirnos. ¿Es así? Bien, váyase a la mierda. Vada all´inferno. Vamos, Charlie. -Tengo que tomar mi tren –dije. 
-Lo siento, hijito –dijo mi padre-. Lo siento muchísimo. –Me pasó el brazo sobre los hombros y me apretó contra su cuerpo. –Te acompañaré a la estación. Si hubiéramos tenido tiempo de ir a mi club. 
-Está bien, papá –dije. 
-Te compraré un diario –dijo-. Te compraré un diario, para que leas en el tren. Se acercó a un puesto de periódicos y dijo: 
-Amable señor, ¿tendría la bondad de hacerme el favor de venderme uno de sus malditos diarios vespertinos, esos que no sirven para nada y cuestan diez centavos? –El empleado se apartó de él y miró fijamente la tapa de una revista. 
-¿Es mucho pedir, bondadoso señor –dijo mi padre-, es mucho pedir que me venda de esos asquerosos especímenes del periodismo amarillo? 
-Tengo que irme, papá –dije-. Es tarde. 
-Vamos, espera un momento, hijito –dijo-. Nada más que un segundo. Quiero que este tipo me conteste. -Adiós, papá –dije, y bajé la escalera y abordé mi tren, y fue la última vez que vi a mi padre. 


 (del libro "La geometrí del amor")


Leído en: http://www.cuentocuentos.net/cuento-adulto/1053/reunion.html

La geometría del amor http://www.razonesdeser.com/informes3/Geometria_de_Amor.pdf