jueves, 26 de abril de 2012

Carton por Andrés González.

Marín - ¿Para qué ponerle levadura?


El martes en Washington, el presidente Felipe Calderón, como ha hecho ante la veda local en cada salida internacional, se ufanó de su administración en distintas materias.
Al mismo tiempo, uno de los líderes más emblemáticos de la lucha contra la inseguridad, Alejandro Martí, dijo que en México hay una “guerra civil” y se vive la “peor” época… ¡desde la Revolución!
Estos comportamientos reflejan el divorcio que hay entre gobierno y sociedad.
Mientras el Presidente ve un país que avanza gracias a su gobierno, Martí percibe una crisis descomunal. Ambas posiciones son falsas desde luego: si bien hay avances en distintas áreas, también lo es que los trabajos bien pagados y con prestaciones han disminuido; hay cierta “cobertura universal” de salud, pero los servicios de las instituciones públicas continúan siendo deficientes, y de la educación ya ni qué decir.
Pero ni de lejos hay un estado de “guerra civil” y, con excepción de los candidatos oficiales, ninguna facción quiere hacerse, literalmente, del gobierno.
La realidad constatable no requiere de exageraciones

Meyer - Democracia e igualdad no son pareja

EL PROBLEMA

El avance en la igualdad política que trae consigo la democracia debería desembocar en un avance notorio e histórico de la igualdad social. Parecería lógico que así fuera, sin embargo hasta ahora no necesariamente ha sido el caso. Y es que las altas concentraciones de dinero privado han logrado influir sobre los procesos políticos para preservar o reconstruir la desigualdad heredada. Se requiere voluntad política, y mucha, para romper y mantener roto ese círculo vicioso entre dinero e influencia política. Los mexicanos vivimos en un sistema que es ejemplo vivo de la primacía de los intereses monopólicos sobre el interés general.

La democracia ateniense fue el primer gran intento de igualdad política dentro de una sociedad occidental compleja pero ese notable experimento no duró mucho ni tuvo efecto notorio por lo que a igualdad material se refiere. Cuando milenios más tarde ese proyecto democrático volvió a repetirse, aunque ahora a una escala mundial, los resultados no muestran una disminución apreciable en la desigualdad. Si se examinan las cifras que proporciona la OCDE sobre sus miembros, se verá que los países con la distribución del ingreso más igualitaria como Suecia, Noruega o Dinamarca son también sistemas políticos democráticos. Sin embargo, otro país también reputado como ejemplo de democracia política por más de dos siglos, Estados Unidos, es crecientemente desigual, al punto que la OCDE lo coloca en este rubro al lado de México, el país más desigual del conjunto (www.oecd.org/els/social/inequality).

Si se acepta la propuesta hecha hace 77 años por el politólogo norteamericano Harold D. Lasswell (1902-1978) "La política es el estudio de quién consigue qué, cómo y cuándo" (World politics and personal insecurity, Nueva York: Free Press, 1935), entonces las cifras sobre la distribución del ingreso son la mejor radiografía sobre la naturaleza profunda del sistema político de cualquier país. Así, y no obstante sus enormes diferencias históricas, económicas y culturales, las estructuras del poder político de México y Estados Unidos casi se hermanan.

En Estados Unidos el 1% de los contribuyentes recibe el 19.77% del total de ingresos disponibles (ver el artículo de Thomas Edsall en The New York Times, 22 de abril). Según las estadísticas oficiales mexicanas y que se pueden consultar en la Encuesta nacional de ingresos y gastos de los hogares del 2010, publicada por el INEGI en julio del 2011, el 10% de los hogares más pobres se las tenían que arreglar con apenas el 1.8% del ingreso disponible mientras que el 10% más rico lo hacía con el 34% de ese ingreso. Miguel del Castillo Negrete, tomando también las cifras oficiales, estima que el 1% de las familias mexicanas más ricas -alrededor de 290 mil- disfrutaron de un ingreso equivalente a 47 veces el del 10% de las familias más pobres, lo que significa el 18% del total, situación casi igual a la de Estados Unidos (Este País, abril 2012). Finalmente, hay que tener en cuenta que estos datos son apenas una aproximación muy gruesa de cómo está realmente distribuido el ingreso -y la riqueza- en nuestro país, pues la muestra no está diseñada para captar ni a los muy pobres ni a los extremadamente ricos -y los hogares de mayores ingresos que sí entran en la muestra tienden a reportar menos de lo que realmente tienen-, por eso la desigualdad oficial, de por sí notable, es menor que la real.

La desigualdad de la sociedad mexicana es un problema histórico que sólo se trató de enfrentar de manera efectiva a raíz del estallido de la Revolución Mexicana, especialmente durante el cardenismo, cuando se procedió al reparto de una de las fuentes de riqueza más importantes de la época: la tierra. Al tiempo en que se puso fin al reparto agrario en 1992, los campesinos mexicanos habían recibido alrededor de 100 millones de hectáreas es decir, que poseían las 2/3 partes de la propiedad rústica. Sin embargo, en el momento mismo en que la reforma agraria tuvo su época de oro -1935 a 1939- la vida campesina ligada a la tierra ya había empezado a dejar de ser la fuente principal del sustento y de la riqueza de los mexicanos. Si en 1930 todo el sector primario -el ligado a la tierra y a la pesca- absorbía al 70% de la fuerza de trabajo, para el final del siglo apenas si ocupaba al 20% del total. Así pues, la modernización económica disolvió muy pronto el gran esfuerzo político de justicia social de la Revolución Mexicana. Hoy la riqueza proviene de actividades como la industria, la banca, las finanzas, los servicios, que no se prestan a un reparto como el de la tierra.
 
EL ANÁLISIS EMPÍRICO

Adam Przeworski, un politólogo polaco-norteamericano, profesor de la Universidad de Nueva York y autor, entre otros libros, de Democracy and the market (Cambridge University Press, 1991), dio no hace mucho en México una conferencia cuyo tema central versó sobre los efectos de la democracia política sobre la igualdad y la redistribución del ingreso (Democracy, Equality, and Redistribution).

Przeworski hizo notar que cuando se empezó a tratar, en teoría, el tema de la democracia política en Europa, allá en el siglo XVII y hasta bien entrado el siglo XIX, era aceptable la hipótesis de que conceder el derecho a sufragio a las clases populares llevaría inevitablemente a la demanda de igualdad económica y, por tanto, a la destrucción de las clases propietarias. David Ricardo, el economista clásico, recomendó dar derecho al voto sólo a aquellos que se supusiera no tenían interés en poner fin al derecho a la propiedad privada.

Sin embargo, y en contra de lo que se supuso en la época anterior al sufragio universal, la igualdad política propia de la democracia se hizo realidad en una buena parte del globo pero coexiste con una enorme desigualdad económica y, por tanto, social. La ola democrática se extiende por el planeta, pero también la concentración de la riqueza, es decir, la desigualdad. De acuerdo con el último número de Forbes (marzo 26, 2012), en 1987 la revista pudo encontrar apenas 140 personas o familias cuya riqueza privada superara los mil millones de dólares. Este año el registro es de 1,226 (Carlos
Slim encabeza la lista y otro mexicano, El Chapo Guzmán, sigue estando en ella) que, en promedio poseen una fortuna de 3,700 millones de dólares cada uno. Esto significa que esas 1,226 personas o familias controlan bienes por valor de ¡4,536,200,000,000 dólares!

 LA LEY DEL CÍRCULO VICIOSO

Examinando los datos mundiales sobre concentración de la riqueza y del ingreso y los regímenes políticos actuales, Przeworski no puede menos que concluir que, pese a la existencia de numerosas sociedades democráticas, lo que funciona es una especie de ley del círculo vicioso: "Una alta desigualdad económica genera altas desigualdades políticas y la desproporcionada influencia política de los ricos perpetúa la desigualdad [económica]".

Examinando los ejemplos de las políticas contra la pobreza en Brasil y Argentina -y podría, desde luego, añadir el ejemplo de México-, el politólogo polaco-americano sostiene que esos esfuerzos gubernamentales que subsidian el consumo de los pobres quizá tengan un impacto efectivo en reducir la pobreza, pero no han tenido ningún efecto notorio en alterar la reproducción de los pobres en el tiempo, es decir, en modificar sus capacidades para que ellos mismos sean capaces de desarrollar el potencial que tienen y puedan aumentar sus ingresos y salgan definitivamente de pobres.

Para disminuir de manera efectiva y permanente la desigualdad social y hacer de la democracia política algo que sea históricamente significativo, se necesita que los gobiernos se enfoquen no sólo en redistribuir para que los más desvalidos sobrevivan en condiciones menos deplorables que las heredadas sino que se haga real el acceso a los medios a través de los cuales los más pobres pueden mejorar de manera sustantiva sus capacidades productivas. Y de entre esas medidas destacan la educación, pero una educación de muy alta calidad, el acceso a los servicios de salud, de alta calidad también, crédito e infraestructura, entre otros.

 CONCLUSIÓN

Lo que debería estar en el centro de la discusión de cara a la próxima elección mexicana es cómo poner fin a esta "ley" de la desigualdad económica enunciada por Przeworski: las fuerzas del mercado siempre tenderán a incrementar las desigualdades de los ingresos en una sociedad y sólo la intervención activa -e inteligente- de los gobiernos puede contrarrestar tal tendencia. El camino hacia la justicia social es complicadísimo pero existe.



Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/655/1308304/default.shtm

Alemán - ¿Está muerto el PAN?

Desde hace días, en comederos políticos circula la versión de que el PAN y su candidata presidencial, la señora Josefina Vázquez Mota, “están muertos”.

Incluso, hay quienes se han encargado de “echar a andar” la versión interesada –y en buena medida descabellada–, de que en Los Pinos ya se negocia la entrega de la plaza. Es decir, que el PAN, su candidata y el huésped de la casa presidencial, van en retirada.

Y si existen dudas de que los azules se habrían dado por vencidos, y que están en retirada –claro, siempre según las voces interesadas que hacen circular tales dichos– bastaría con echarle una mirada al desmantelamiento del equipo de la candidata, ordenado desde Los Pinos.

Resulta que uno de los “hombres de Josefina”, el diputado Francisco Ramírez Acuña –que en su momento fue hombre clave para empujar la candidatura de Felipe Calderón– fue sacado de San Lázaro, de la campaña presidencial y enviado como embajador de México en España. Salta la pregunta. ¿Servirá más en España, que en la campaña?

Al mismo tiempo, el dirigente del PAN, Gustavo Madero, prácticamente fue relevado de la jefatura del partido azul –y regresado al Senado–, y en la colonia Del Valle despacha el equipo de la señora Josefina. Sin embargo, también es cierto que la candidata prácticamente se ha quedado sola. Ya se fueron los equipos de Ernesto Cordero y Santiago Creel y, si existían dudas, el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva –que dizque dejó el cargo para salvar la campaña– en realidad busca urgentemente un salvavidas, sobre todo luego del cochinero que dejó en la entidad del bajío.

A eso se debe agregar que también el guanajuatense, y ex presidente, Vicente Fox, prácticamente desahució la campaña presidencial del partido azul, al señalar que ganaría “sólo con un milagro”. Y si no fuera suficiente, apenas el pasado lunes, volvió a la carga para advertir que la campaña del PAN “está dormida”, en alusión a que no mueve, y menos conmueve.

Pero no es todo. A pesar del “golpe de timón” y de los muchos cambios que se han hecho en el partido y en el equipo de campaña de la señora Vázquez Mota, lo cierto es que continúan los errores y horrores en la campaña. Entrevistas que se caen, equívocos por parte de la candidata, cancelación de eventos y una deficiente logística.

Tampoco ahí termina el calvario azul. Está por cumplirse el primer tercio de los 90 días efectivos de campaña, y las encuestas no reflejan una mejoría sustantiva. Más bien pareciera que los candidatos del PRI y de las izquierdas crecen, pero a expensas de la candidata del PAN. Si se hace un comparativo del lugar que ocupaba la señora Vázquez Mota al inicio formal de las campañas, con el día de hoy, se podrá comprobar que nada le ha salido bien.

Y si nos vamos al extremo, podríamos decir que todo le ha salido mal a la candidata presidencial del PAN. Esa situación contrasta con los resultados positivos que, poco a poco, muestra el candidato de las izquierdas. Pero el contraste es aún mayor si se compara el desempeño de los azules, con lo logrado por el candidato del PRI.

Resulta que a lo largo del primer tercio de la campaña, los candidatos que ocupan el segundo y tercer lugar de la contienda, prácticamente han dirigido toda su artillería en dirección al puntero. El objetivo es tirarlo de la primera posición y arrebatarle votos. Sin embargo, al cumplir el primer tercio, no le han quitado ni una pluma a su gallo. ¿Por qué?

La respuesta es elemental. Porque ni la derecha ni las izquierdas han mostrado la capacidad política, capaz de pegar por debajo de la línea de flotación de la candidatura de Peña Nieto. Es decir, que los misiles lanzados por los azules y los amarillos, en realidad han sido balas de salva.

Por eso, frente a todo lo anterior, es evidente que cobran carta de naturalización las versiones de que el PAN y su candidata presidencial están muertos; que el partido azul va en retirada y que, incluso, ya se negocia la entrega de la plaza.

Si la versión fuera cierta, estaríamos hablando del inminente regreso del PRI al poder presidencial. Y claro, sería un regreso sin la mayor resistencia del partido en el poder, el que se habría rendido literalmente sin dar batalla. Por eso la pregunta. ¿Es creíble esa versión?.

Ya existe un antecedente; la retirada de Diego Fernández de Cevallos en las elecciones presidenciales de 1994. Aún así, aquí creemos que el gobierno de Calderón, el PAN y, su candidata, la señora Josefina Vázquez Mota, no han dado la batalla final. Asistimos al primer tercio, faltan dos tantos, y aún pueden pasar muchas cosas. Al tiempo.


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/esta-muerto-el-pan

Ciro - Me rindo, no me puedo defender


Sigue circulando en la red y las redes sociales una versión falsificada del texto que escribí aquí ¡el 26 de agosto de 2008! La he desmentido decenas de veces, pero cada que lo hago parece que se reproduce con más potencia.

El original, “La desvergüenza de Beatriz”, era un repaso sobre los principales episodios de inseguridad en México entre los ochentas y el 2000. Lo escribí porque por esos días, Beatriz Paredes, entonces presidenta del PRI, quiso servirse de la circunstancia (el secuestro y asesinato de Fernando Martí) para hacer creer que los males de la inseguridad nacieron con Vicente Fox y se multiplicaron con Felipe Calderón.
El texto comenzó a circular en la red y las redes, pero con añadidos contra el PRI y los priistas que no son míos. Añadidos tramposos y jodidos que han ido variando con los años. La desvergüenza de Beatriz se transformó así en la de Humberto Moreira y ahora en la de Enrique Peña Nieto.
¿Cómo puede uno defenderse contra una ofensiva de esa naturaleza? No hay mucho que hacer, uno no puede pasarse la vida aclarando las falsedades que le cuelgan. Me rindo.
Leí el otro día una entrevista a Mario Vargas Llosa en la que comentaba un episodio parecido. Alguien puso a circular un supuesto artículo suyo. El Nobel quiso reparar el daño, pues el texto le parecía de “una cursilería que daba vergüenza ajena”, pero dobló las manos pronto, porque “dejas de escribir, dejas de leer, para tratar de rectificar todas las invenciones que te atribuyen con las nuevas tecnologías”.
Conclusión, hay que darse graciosamente por vencido. La columna original, “La desvergüenza de Beatriz”, está en milenio.com.
Las demás son mamadas. Para usar la jerga de las redes

Hermanos Grimm - Los siete cuervos.

Jacob Grimm y Whilhelm Grimm
(1785-1863)   (1786-1859)





Había una vez un hombre que tenía siete hijos, y no tenía ninguna hija, aunque deseaba tener una. A los días su esposa le dio la noticia de la próxima llegada de un nuevo hijo. Y sucedió que por fin fue una niña. La dicha fue inmensa, pero la niña era pequeña y enfermiza, y tuvieron que bautizarla privadamente por motivo de su debilidad. El padre envió a uno de sus muchachos con una jarra a que fuera de prisa al pozo para que trajera agua para el bautizo. Los otros seis lo acompañaron, y como cada uno quería ser el primero en llenarla, discutiendo se les cayó la jarra en el pozo.

Se quedaron paralizados, y no sabían que hacer, y ninguno quería volver a la casa. Como ellos no retornaban, el padre se impacientó y dijo:

 -"¡De seguro se quedaron jugando y olvidaron su deber, esos irresponsables muchachos!"-

 Él se atemorizó tanto de que la niña muriera sin ser bautizada, que en su angustia gritó:

 -"¡Desearía que todos esos muchachos se convirtieran en cuervos!"-

No había terminado de pronunciar esas palabras cuando escuchó un escandaloso ruido de alas en el aire sobre su cabeza, miró hacia arriba y vio a siete negros cuervos alejándose. Los padres no podían creer aquello, y muy tristes con la pérdida de sus siete hijos, se consolaban con la existencia de su pequeña hija, que pronto se restableció y fue creciendo sana y bondadosa.

Por un largo tiempo, ella no supo que tenía hermanos, pues sus padres se cuidaban de no mencionarlo en su presencia. Pero un día, accidentalmente escuchó a otra gente hablando de ella:

-"Que la muchacha era ciertamente encantadora, pero que en realidad era la culpable de la mala fortuna que habían tenido sus siete hermanos."-

Entonces ella se sintió acongojada, y fue donde sus padres y preguntó si era cierto que ella tenía hermanos, y que qué había sido de ellos. Los padres no pudieron ocultar más el secreto, pero que lo que les había sucedido a sus hermanos fue la voluntad del cielo, y que su nacimiento solamente fue una causa inocente de aquello.

Pero la joven tomó todo eso a pecho diariamente, y pensó que tenía que salvar a sus hermanos. Ella no tenía descanso ni paz hasta que secretamente se fue, y salió hacia el ancho mundo para encontrar la pista de sus hermanos y liberarlos, le costara lo que fuera. No llevaba nada con ella, a excepción de un pequeño anillo de sus padres como amuleto, un bollo de pan contra el hambre, una pequeña botella de agua contra la sed y una pequeña silla como provisión contra el cansancio.

Y ella avanzaba continuamente hacia adelante, lejos y más lejos, hacia el puro final del mundo. Y llegó hasta donde el sol, pero era muy caliente y terrible, y devoraba a los niños pequeños. Rápidamente ella corrió, y fue hacia la luna, pero era muy helada, y también horrible y maliciosa, y cuando la vio a ella, dijo:

-"Me huele, me huele a carne humana."-

Con eso ella escapó velozmente y llegó hasta las estrellas, que fueron amables y buenas con ella, y cada una de ellas estaba sentada en su propia sillita particular. Pero la estrella matutina se levantó, y le dio el hueso de una pata de pollo, y dijo:

-"Si tú no tienes ese hueso, no podrás abrir la Montaña de Cristal, y es en esa montaña donde están tus hermanos."-

La joven tomó el hueso, lo envolvió cuidadosamente en una manta, y siguió adelante hasta llegar a la Montaña de Cristal. La puerta estaba cerrada, y pensó que debería sacar el hueso, pero cuando desenvolvió la manta, estaba vacía, y se dio cuenta de que había perdido el regalo de la buena estrella.

¿Qué debería hacer ahora? Ella deseaba rescatar a sus hermanos, y no tenía la llave de la Montaña de Cristal. La buena hermana tomó un cuchillo, cortó uno de sus pequeños dedos, lo puso en la puerta y exitosamente se abrió. En cuanto ella entró, un pequeño enano se le acercó, quien le dijo:

-"Mi muchachita, ¿que andas buscando?"-

-"Busco a mis hermanos, los siete cuervos."- replicó ella.

El enano dijo:

-"Los señores cuervos no están en casa, pero si quieres esperar hasta que regresen, pasa adelante."- 

Enseguida el pequeño enano trajo la comida de los cuervos, en siete platitos, y siete vasitos, y la pequeña hermana comió una pizca de cada plato, y un pequeñito sorbo de cada vaso, pero en el último vaso dejó caer el anillo que ella había cargado consigo.

De pronto ella oyó el aleteo de alas y un zumbido por el aire, y entonces el pequeño enano dijo: 

-"Ahora los señores cuervos están llegando a casa."-

Y ellos llegaron, y querían comer y beber, y buscaron sus pequeños platos y vasos. Entonces se dijeron unos a otros:

-"¿Quien habrá comido algo de mi plato? ¿Quien habrá bebido algo de mi vaso? Es la huella de una boca humana."-

Y cuando el séptimo llegó al fondo de su vaso, el anillo rodó contra su boca. Entonces lo miró, y vio que era el anillo que pertenecía a su padre y madre, y dijo:

-"Dios nos ha otorgado que nuestra hermana pueda estar aquí, y entonces quedaremos libres."-

Cuando la joven, que se había quedado observando detrás de la puerta, escuchó el deseo, avanzó hacia adelante, y en ese instante los cuervos retornaron a su forma humana de nuevo. Y se abrazaron y besaron, y regresaron felizmente a su casa.

Enseñanza:

Nunca debe de tomarse determinaciones, ni hacer amenazas, bajo un estado de enojo.

Leído en: http://www.cuentosdegrimm.com/index.htm

LA VERDAD, ¿ES LA VERDAD?



El rey había entrado en un estado de honda reflexión durante los últimos días. Estaba pensativo y ausente. Se hacía muchas preguntas, entre otras por qué los seres humanos no eran mejores. Sin poder resolver este último interrogante, pidió que trajeran a su presencia a un ermitaño que moraba en un bosque cercano y que llevaba años dedicado a la meditación, habiendo cobrado fama de sabio y ecuánime.

Sólo porque se lo exigieron, el eremita abandonó la inmensa paz del bosque.

 –Señor, ¿qué deseas de mí? -preguntó ante el meditabundo monarca.

–He oído hablar mucho de ti -dijo el rey-. Sé que apenas hablas, que no gustas de honores ni placeres, que no haces diferencia entre un trozo de oro y uno de arcilla, pero todos dicen que eres un sabio.

–La gente dice, señor -repuso indiferente el ermitaño.

–A propósito de la gente quiero preguntarte -dijo el monarca-. ¿Cómo lograr que la gente sea mejor?

–Puedo decirte, señor -repuso el ermitaño-, que las leyes por sí mismas no bastan, en absoluto, para hacer mejor a la gente. El ser humano tiene que cultivar ciertas actitudes y practicar ciertos métodos para alcanzar la verdad de orden superior y la clara comprensión. Esa verdad de orden superior tiene, desde luego, muy poco que ver con la verdad ordinaria.

El rey se quedó dubitativo. Luego reaccionó para replicar:

–De lo que no hay duda, ermitaño, es de que yo, al menos, puedo lograr que la gente diga la verdad; al menos puedo conseguir que sean veraces.

El eremita sonrió levemente, pero nada dijo. Guardó un noble silencio.

El rey decidió establecer un patíbulo en el puente que servía de acceso a la ciudad. Un escuadrón a las órdenes de un capitán revisaba a todo aquel que entraba a la ciudad. Se hizo público lo siguiente: “Toda persona que quiera entrar en la ciudad será previamente interrogada. Si dice la verdad, podrá entrar. Si miente, será conducida al patíbulo y ahorcada”.

Amanecía. El ermitaño, tras meditar toda la noche, se puso en marcha hacia la ciudad. Su amado bosque quedaba a sus espaldas. Caminaba con lentitud. Avanzó hacia el puente. El capitán se interpuso en su camino y le preguntó: 

–¿Adónde vas?

–Voy camino de la horca para que podáis ahorcarme -repuso sereno el eremita.

El capitán aseveró:

 –No lo creo.

–Pues bien, capitán, si he mentido, ahórcame.

–Pero si te ahorcamos por haber mentido -repuso el capitán-, habremos convertido en cierto lo que has dicho y, en ese caso, no te habremos ahorcado por mentir, sino por decir la verdad.

–Así es -afirmó el ermitaño-. Ahora usted sabe lo que es la verdad… ¡Su verdad!

*El Maestro dice: El aferramiento a los puntos de vista es una traba mental y un fuerte obstáculo en el viaje interior.

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India

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