miércoles, 25 de abril de 2012

El tiempo vuela... y no regresa.

Recomendacion de Arpegio.

Vean esta maravilla de video. Doce años en 2 minutos y 45 segundos.

Para los que tenemos hijos pequeños, el tiempo vuela y ni cuenta nos damos.



Saludos.

Sergio Aguayo - Borrascas


Prepárense para tiempos agitados. Terminan 23 años de flirteos y convivencias entre el magisterio y el panismo. Elba Esther Gordillo reta y chantajea públicamente a Felipe Calderón, quien le responde a pie firme.

Elba Esther Gordillo nunca ha ocultado sus modos y sus intenciones. Desde que obtuvo el liderazgo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en 1989, se propuso tener una fuerza autónoma y disciplinada por medio de la cual obtendría poder, riquezas y, ¿por qué no?, un nicho en la historia patria. Hiperactiva, acostumbra encomendarse a varias capillas. Hace algunas décadas decidió prender una vela blanquiazul. Desde que coincidió con Vicente Fox en el Grupo San Ángel (1994) lo sedujo políticamente y cuando éste llegó a la Presidencia rápidamente se hizo amiga de la señora Marta.

Eso facilita la alianza política que simbolizaba la ruptura panista con su pasado. Un histórico Manuel González Hinojosa reflejaba una opinión generalizada en su partido cuando se lanzó en los setenta "contra todos los líderes [sindicales] corrompidos de ayer y de hoy y contra los que tratan de constituirse en líderes con base en mentiras y engaños". Fox botó esos ideales al cruzar el dintel de Los Pinos; se unió a personajes como Gordillo convencido de que con ellos haría los cambios prometidos. Bañó a la Maestra de elogios y de posiciones con generosos presupuestos (ISSSTE, Lotería Nacional y Sistema de Seguridad Pública).

Los costos se dispararon. La Maestra es demasiado estridente en la exhibición de sus riquezas y su poder y muy parca a la hora de dar resultados. Gobierno y sindicato prometieron una y otra vez mejoras en la calidad educativa que nunca llegaron. La lideresa prometía, Fox y Calderón presumían en conferencia de prensa sin que nada pasara. Las relaciones se enfriaron mientras se forjaba un consenso plural contra la catástrofe educativa.

En julio de 2011, Calderón puso distancia con la Maestra. En una entrevista con Televisa, reescribió la historia al precisar que él sólo respetó "posiciones o perfiles que le habían sido reconocidos o negociados desde la administración anterior". El Presidente guardó silencio sobre la entrega que hizo al yerno de la Maestra, Fernando González Sánchez, de la subsecretaría de Educación Básica, que maneja más presupuesto que todas las posiciones entregadas por Fox.

La Maestra tira a quienes dejan de servirle. Eso hizo con Carlos Jonguitud Barrios, el anterior cacique sindical. Eso mismo acaba de hacer con el PAN. El 20 de abril se dirigió al lugar de sus grandes éxitos, Baja California, donde Gordillo fue elegida presidenta vitalicia del SNTE y ahí informó el viernes pasado que no habría la evaluación universal de los maestros que le había prometido por escrito al Presidente. En una entrevista posterior, introdujo el chantaje al recordar que ella era un factor para que el sindicato no "se descomponga" y afecte la estabilidad del país. De una manera cronometrada está dándose el desplazamiento hacia las filas tricolores.

Pedro Joaquín Coldwell, líder del PRI, y el yerno de Gordillo parecieran haberse puesto de acuerdo porque el mismo día dieron declaraciones complementarias: Coldwell informó a CNN México que "nosotros no hemos roto con Nueva Alianza [...] mantenemos muy buenas relaciones". Y el primer yerno, en campaña para llegar al Senado por Sinaloa bajo las siglas del Panal, declaró en Los Mochis que él va a "votar por Peña Nieto" porque es el hombre que "tiene las mejores credenciales" para dirigir el país. Gabriel Quadri va en camino de ser el nuevo Roberto Campa.

En 2006 el Panal difundió un famoso y barroco spot en el cual pedía "Uno de tres". En medio de música y bailes, los candidatos de ese partido repetían cantando en varias ocasiones: "uno de tres por la educación, uno de tres por Nueva Alianza". En otras palabras, pedían el voto para senador y diputado, con lo cual preservarían el registro, pero dejaban libertad en el voto para Presidente que se supuso entonces fue para Calderón. Es posible que les funcionara porque el candidato del Panal, Campa, obtuvo cerca de 400 mil votos y los diputados casi llegan al millón 900 mil.

Este lunes Calderón enfrentó a la Maestra: en un comunicado de la SEP, el Ejecutivo anunció que la evaluación universal se hará el 24 de junio, ¡una semana antes de las elecciones! Hay docenas de escenarios posibles. Aunque cabe algún tipo de reconciliación, en este momento lo más viable pareciera ser la confrontación. Con tal de descontarle puntos a Peña Nieto el gobierno federal podría lanzarse contra la Maestra y entonces sabríamos cuán sólida es su base social. ¿Mejorará la calidad de la educación? Imposible hacer pronósticos en tiempos borrascosos.


Entrecomillados: Hinojosa, La Nación, 15 de noviembre de 1971; Calderón, entrevistado por León Krauze, Foro TV, México (06 de julio de 2011); Gordillo, Reforma, 23 de abril de 2012; Coldwell, Sinembargo.mx, 14 de abril de 2012; González: Noreste, 14 de abril de 2012.

Comentarios: www.sergioaguayo.org; Twitter: @sergioaguayo; Facebook: SergioAguayoQuezada

Colaboró Abraham Rojas.



Leído en http://www.reforma.com/editoriales/nacional/654/1307989/

Rocha - El fracaso de una obsesión

Acierta el doctor en su diagnóstico: la drogadicción es la más grave de las enfermedades de nuestro cuerpo social. Otras son la pobreza, el hambre y todas las secuelas derivadas de la desigualdad dominante en uno de los países más desiguales del planeta. 

Pero el dictamen de José Narro Robles, rector de nuestra UNAM, es todavía más severo: la actual política del Gobierno federal contra el consumo de drogas ha fracasado; no funciona como sería deseable; en consecuencia hay que hacer cambios. Textualmente Narro señala que “la actual política no ha conseguido reducir la producción ni el consumo de estupefacientes en México y en el mundo; todas las estadísticas, según encuestas nacionales, los datos epidemiológicos duros apuntan a que el problema va en aumento”.

La prueba más dura es que en tan sólo 25 años, se ha duplicado el número de adictos en este país. Un dato estremecedor por sí mismo. 

Todas estas argumentaciones y estadísticas se debaten ahora mismo en el Foro Internacional sobre Políticas de Regulación del Consumo de Drogas, organizado por nuestra UNAM y derivado de la Conferencia Internacional sobre Seguridad y Justicia en Democracia en donde se estableció precisamente la necesidad de una convocatoria como la de ahora: un gran debate con los diversos sectores de la sociedad sobre la conveniencia de continuar con un enfoque prohibicionista sobre el consumo de drogas y el énfasis preponderantemente policial de esta guerra.

El doctor Narro fue muy contundente al afirmar, desde ya, que “el control de las adicciones debe enfocarse como un problema de salud pública donde el foco de atención sea la persona y no la sustancia; donde se entienda que se trata de un complejo problema de salud y no de orden delincuencial”. 

El propio rector arroja nuevas luces a esta problemática de oscuridades al afirmar que “el debate sobre la despenalización de las drogas no se trata sólo de un sí o un no”. Luego, con enorme lucidez plantea la necesidad de un debate serio y desprovisto de prejuicios para dirimir preguntas torales: ¿legalizar qué?, ¿el consumo, la comercialización, la producción de qué?, ¿en dónde?, ¿con qué límites?, ¿de qué manera?, ¿cómo habremos de navegar esa transición? 

Lo que se anticipa desde ahora es el imperativo por debatir las políticas públicas que se sustentan preferentemente en la criminalización de los consumidores de drogas y que lo único que han ocasionado son el enfrentamiento entre y contra narcotraficantes.

Una mal llamada estrategia que no ha podido detener ni el tráfico ni el consumo, y que en cambio ha dejado ya 60 mil muertos y un luto desalentador en gran parte del país. Por lo que ahora es más válido que nunca debatir por fórmulas incruentas como la prevenciónn.

Ahora mismo, trabajan un centenar de expertos europeos y latinoamericanos, incluidos los mexicanos, que en una veintena de mesas habrán de discutir el tema fundamental de la convocatoria: un debate serio e integral sobre la regulación del consumo de drogas.

Porque no por vez primera hemos planteado un ejercicio muy sencillo: de cada 10 horas, cuántas ha dedicado el presidente Calderón y su gabinete a su guerra contra el narco, cuántas a su prometida creación de empleos, a mejorar la educación, a impulsar el desarrollo económico, a incentivar el mercado interno, a tantas y tantas tareas pospuestas por una guerra que partió de una legitimación mal entendida.


Leído en http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-fracaso-de-una-obsesion

Zepeda - Calderón y la maldita providencia

Ahora resulta que los 60 mil muertos son un mero designio divino y el combate al narco tráfico una especie de guerra santa. El lunes pasado, Calderón dio una conferencia en Washington en la que se describió como el enviado a Los Pinos por una fuerza superior para luchar contra el mal.  


El Presidente dijo, “Es probable que mucha gente se acuerde de estos años por la violencia y la delincuencia, los crímenes. Pero yo creo que la vida, o la Providencia, llámelo como quiera, decide colocar a la gente acertada en el momento adecuado”. Se refería, obviamente, a su cruzada contra el narco. 


Salvo que su cuarto de guerra tenga algo de divino, Calderón debería recordar que meter al Ejército a las calles fue una decisión estratégica y desesperada por parte de su equipo, para darle al Presidente el liderazgo del que carecía al arranque de su gobierno. Durante los meses que mediaron entre la elección y la toma de posesión en 2006 (julio a diciembre), el Presidente electo y su primer círculo se devanaron los sesos para inventarse un golpe de autoridad para los primeros días de la administración.


Los calderonistas estaban angustiados por la falta de legitimidad de su triunfo electoral y temían las acciones de los lopezobradoristas. Fueron los días en que el tabasqueño se había puesto la banda presidencial y nombrado a su gabinete de sombra. Algunos panistas temían que las protestas y las movilizaciones boicotearan todo acto presidencial. Por lo mismo estaban urgidos de dar un manotazo importante que mostrara al país que había un “piloto” firme y decidido para conducir la nave presidencial. 


Había prometido ser el Presidente del empleo, pero juzgaron que no había condiciones de sacar adelante una reforma laboral ni manera de reactivar la economía al ritmo requerido. Especularon sobre la posibilidad de dar un quinazo y encarcelar a algún político poderoso, pero concluyeron que tampoco tenían la fuerza política para cargarse a algún líder sindical o a un gobernador corrupto. Todo lo contrario, incluso perdonaron al “gober precioso”, Mario Marín, de Puebla, a quien el candidato Calderón prometió enjuiciar, porque necesitaban una alianza con el PRI.

Lee la columna completa en

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/25-04-2012/6497. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX

Camarena - Enrique Peña Nieto, ¿miedoso?



La Universidad Iberoamericana, el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), los debates convocados por MVS Noticias con Carmen Aristegui y el Grupo Milenio tienen en común una cosa: Enrique Peña Nieto ha dicho no, gracias, a invitaciones que le hicieron para dialogar y/o debatir.

¿Es “miedo” lo que provoca que el candidato del PRI-PVEM evada esas comparecencias? Difícilmente. Pero esa negativa tampoco se explica sólo como un asunto de estrategia, de no exponerse, de cuidar la ventaja. Se trataría, más bien, de un tema que podría resultar tan preocupante como el pensar que un eventual presidente es incapaz de defenderse en un debate: el mexiquense podría estar dándonos una muestra de que su talante es uno que desdeña el diálogo, que privilegia la fuerza de ser el puntero sobre las demandas de la ciudadanía crítica que pide interlocución, argumentos, relación horizontal.

Hay que reiterar que los que mejor han aprovechado la fama de que Peña Nieto es incapaz de debatir o interactuar sin teleprompter, apuntador o asesores, o en ambientes no controlados al cien por ciento, son el candidato y su equipo. No será su fuerte, pero el priista ha dedicado meses a prepararse para entornos lejanos a la comodidad a la que estaba acostumbrado en el Estado de México. El descalabro de la Feria Internacional del Libro fue una oportuna alerta, lección que ha sido entendida por asesores y candidato. Así que hay que buscar razones de su negativa a debatir en otras partes.

¿Puede Peña Nieto llegar a Los Pinos sin asistir a universidades y evitando debates no oficiales? Sí, pero el cuidado de una estrategia tiene límites. Su equipo ha diseñado un mensaje que reconoce que hay muchos Méxicos: por eso hay 32 spots con temática estatal, otros más serán dirigidos para grupos poblacionales específicos como son jóvenes, mujeres, adultos mayores y discapacitados; y habrá spots para distintos sectores productivos. Pero además de publicidad electrónica y fotogénicas vallas, qué mensaje hará llegar Peña Nieto al México de la opinión pública que demanda debates y diálogos públicos.

Hace años, en su calidad de gobernador Peña Nieto visitó China. Volvió maravillado sobre cómo las autoridades de aquel país podían mover sin mayor titubeo, ni resistencia, poblaciones enteras cuando hacía falta construir, por ejemplo, una presa que ocuparía el lugar donde se asentaba una comunidad. Todo lo contrario al México paralizado por las protestas y resistencias de diversos grupos, es cierto. Pero también todo lo contrario a lo que se ha ganado desde los noventa: grupos que demandan ser escuchados, tomados en cuenta.

Porque incluso aceptando que su negativa surja de un asunto eminentemente estratégico, las señales cuentan y si Peña Nieto impone hoy la lógica de su ventaja electoral para no debatir fuera de lo que marca el IFE, surge la duda sobre si mañana no tendrá la tentación de recurrir como herramienta de gobierno al peso de su victoria. ¿Tiene el candidato priista miedo de debatir? Para nada. ¿Estamos ante el signo de un eventual gobierno refractario a demandas de diálogo? Ojalá no

Leído en http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=119635

Ciro - El poeta vale todos

Después de conversar brevemente con él, creo que Javier Sicilia repensará y votará por Andrés Manuel López Obrador y los candidatos de izquierda.

No sé cuántos votos signifiquen Javier y su Movimiento por la Paz. Sé que su voz, espíritu y tenacidad fueron centrales para que el Senado aprobara ayer la Ley General de Víctimas. Y que sería imposible explicar el dolor de los últimos años sin Sicilia y los suyos. ¿Pero votos efectivos, contables, el 1 de julio?

No importa cuántos sean. Lo esencial para López Obrador y las izquierdas es que un movimiento social tan hondo y pulcro debe estar con ellos. Son la reserva moral organizada.

Sicilia ha sido diáfano al afirmar que sin la reforma política que le dé fuerza a la gente y con una propaganda de horror, “estilo Goebbels”, el país se encamina a “las elecciones de la ignominia”. Frente a eso, el voto en blanco, el voto nulo, es el único reto, el único reducto moral, la dignidad que queda. 

López Obrador dice que anular el voto es hacerle el caldo gordo al PRI y a Peña Nieto, le digo a Javier. “Puede que tenga razón”, me desarma. “Es el mejorcito de los candidatos, el menos peor. El problema es que el país no está para este tipo de elecciones”.

Y hábil como es para no atascarse en los dogmas, le pinta la ruta al tabasqueño: “Queremos que nos demuestren, a mí y a los que vamos a votar en blanco, por qué no debemos votar en blanco, y que lean la agenda del movimiento de la que no hablan en la campaña, porque nadie está hablando de la emergencia nacional que vivimos”.

—¿Es eso, Javier?
—Somos las víctimas de la desgarradura nacional. Que nos digan frente a eso, por qué no tenemos que votar en blanco.


Leído en http://www.vanguardia.com.mx/elpoetavaletodos-1272737-columna.html

Marciano Durán - Desechando lo desechable.

Marciano Durán
(1956)

Desechando lo desechable.

Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida.

No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos.

 O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al “use y tire” ni al “compre y compre” ni al “desechable”.

Ya sé, tendría que ir a terapia o pedirle a algún siquiatra que me medicara.

Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco.

No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los gurises.

Los colgábamos en la cuerda junto a los chiripás; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos… nuestros nenes… apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales).

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables!

Sí, ya sé… a nuestra generación siempre le costó tirar.

¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables!

Y así anduvimos por las calles uruguayas guardando los mocos en el bolsillo y las grasas en los repasadores. Y nuestras hermanas y novias se las arreglaban como podían con algodones para enfrentar mes a mes su fertilidad.

¡Nooo! Yo no digo que eso era mejor.

Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. 

Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto.

Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

¡Guardo los vasos desechables! ¡Lavo los guantes de látex que eran para usar una sola vez! ¡Apilo como un viejo ridículo las bandejitas de espuma plast de los pollos! ¡Los cubiertos de plástico conviven con los de alpaca en el cajón de los cubiertos!

Es que vengo de un tiempo en que las cosas se compraban para toda la vida.

¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después!

La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, fiambreras de tejido y hasta palanganas y escupideras de loza.

Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de heladera tres veces.

¡Nos están jodiendo! ¡

¡Yo los descubrí… lo hacen adrede!

! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo.

Nada se repara.

¿Dónde están los zapateros arreglando las medias suelas de las Nike?

¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando sommier casa por casa?

¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?

¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?

Todo se tira, todo se deshecha y mientras tanto producimos más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.

El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el basurero!! ¡

¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de 50 años!

Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

No existía el plástico ni el nylon.

La goma sólo la veíamos en las ruedas de los autos y las que no estaban rodando las quemábamos en San Juan.

Los pocos desechos que no se comían los animales, servían de abono o se quemaban.

De por ahí vengo yo.

Y no es que haya sido mejor.

Es que no es fácil para un pobre tipo al que educaron en el “guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo” pasarse al “compre y tire que ya se viene el modelo nuevo”.

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que además cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya sí era un nombre como para cambiarlo)

Me educaron para guardar todo.

¡Toooodo!

Lo que servía y lo que no.

Porque algún día las cosas podían volver a servir.

Le dábamos crédito a todo.

Sí… ya sé, tuvimos un gran problema: nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no.

Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas de jardinera… y no sé cómo no guardamos la primera caquita.

¡¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?!

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones.

El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto.

Y guardábamos. ¡

¡Cómo guardábamos!! ¡

¡Tooooodo lo guardábamos!!

¡Guardábamos las chapitas de los refrescos! ¡

¿Cómo para qué?

! Hacíamos limpia calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares.

Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela.

¡Tooodo guardábamos!

Las cosas que usábamos: mantillas de faroles, ruleros, ondulines y agujas de primus.

Y las cosas que nunca usaríamos.

Botones que perdían a sus camisas y carreteles que se quedaban sin hilo se iban amontonando en el tercer y en el cuarto cajón.

Partes de lapiceras que algún día podíamos volver a precisar.

Cañitos de plástico sin la tinta, cañitos de tinta sin el plástico, capuchones sin la lapicera, lapiceras sin el capuchón.

Encendedores sin gas o encendedores que perdían el resorte. Resortes que perdían a su encendedor. Cuando el mundo se exprimía el cerebro para inventar encendedores que se tiraran al terminar su ciclo, los uruguayos inventábamos la recarga de los encendedores descartables.

Y las Gillette -hasta partidas a la mitad- se convertían en sacapuntas por todo el ciclo escolar. Y nuestros cajones guardaban las llavecitas de las latas de paté o del corned beef, por las dudas que alguna lata viniera sin su llave.

¡Y las pilas!

Las pilas de las primeras Spica pasaban del congelador al techo de la casa.

Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más. No nos resignábamos a que se terminara su vida útil, no podíamos creer que algo viviera menos que un jazmín.

Las cosas no eran desechables… eran guardables. ¡

¡Los diarios!

! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al cuadril!

Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer guías de pinitos de navidad y las páginas del almanaque del Banco de Seguros para hacer cuadros, y los cuentagotas de los remedios por si algún remedio no traía el cuentagotas y los fósforos usados porque podíamos prender una hornalla de la Volcán desde la otra que estaba prendida y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos.

Y las cajas de cigarros Richmond se volvían cinturones y posamates, y los frasquitos de las inyecciones con tapitas de goma se amontonaban vaya a saber con qué intención, y los mazos de cartas se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía “éste es un 4 de bastos”.

Los cajones guardaban pedazos izquierdos de palillos de ropa y el ganchito de metal. Al tiempo albergaban sólo pedazos derechos que esperaban a su otra mitad para convertirse otra vez en un palillo.

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos.

Así como hoy las nuevas generaciones deciden “matarlos” apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada… ni a Walt Disney.

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron “Tómese el helado y después tire la copita”, nosotros dijimos que sí, pero… ¡minga que la íbamos a tirar! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas.

Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico -las de suero y las de Agua Jane- se transformaron en adornos de dudosa belleza.

Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de bollones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. No lo voy a hacer. Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad es descartable. Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas.

Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo y glamour. Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. 

De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la bruja como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo que la bruja me gane de mano … y sea yo el entregado.

Y yo…no me entrego.

Leído en: http://www.taringa.net/posts/arte/2217563/Marciano-duran---cronicas-mas-destacadas.html



MADERO SE SÁNDALO.



Era un hombre que había oído hablar mucho de la preciosa y aromática madera de sándalo, pero que nunca había tenido ocasión de verla. Había surgido en él un fuerte deseo por conocer la apreciada madera de sándalo.

Para satisfacer su propósito, decidió escribir a todos sus amigos y solicitarles un trozo de madera de esta clase. Pensó que alguno tendría la bondad de enviársela. Así, comenzó a escribir cartas y cartas, durante varios días, siempre con el mismo ruego:

“Por favor, enviadme madera de sándalo”.

Pero un día, de súbito, mientras estaba ante el papel, pensativo, mordisqueó el lápiz con el que tantas cartas escribiera, y de repente olió la madera del lápiz y descubrió que era de sándalo.

*El Maestro dice: Si la percepción está embotada, se estrella en las apariencias de las cosas.

Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle.

Leído en: http://es.scribd.com/doc/64467643/101-cuentos-clasicos-de-la-India

Cartones de hoy